Reivindicación de la Identidad Castellana de Madrid

Archivo para septiembre, 2012

25 de Septiembre. Castilla en marcha.

Ante los que critican a unos u otros por usar esta bandera o la otra, simplemente quiero felicitar a todos los castellanistas que participaron en la movilización del 25 de Septiembre. Poco me importa si su bandera era morada, estrellada o roja. Para gustos están los colores. Lo importante es que estaban donde había que estar. Con el pueblo, con la reivindicación de sus derechos sociales y laborales y contra la banca y la clase política, que sirve exclusivamente a sus mezquinos intereses.

Hay muchos que siempre tienen una excusa para no salir a las calles a protestar y curiosamente son los que más ruido arman protestando en su casa, en el trabajo o en las tabernas. Allá cada cual. Personalmente saldré a la calle siempre que pueda por tres razones. Una, porque considero que la agresión brutal del Neoliberalismo a los ciudadanos, no tiene parangón en nuestra Historia y hay que hacer lo posible por pararles los pies. Dos, porque estoy harto de una partitocracia repugnante, que ha prostituido como nadie conceptos como Libertad y Democracia. Los mismos conceptos que esgrime cuando se trata de cerrar la boca al pueblo castellano y justificar que Castilla haya sido borrada del mapa. Y tres, porque estoy convencido de que se van a producir cambios en España a muy corto plazo y no podemos permitir que Castilla quede de nuevo al margen. Es hora de que nuestra gloriosa bandera se vea en las calles. Si hace 30 años algunos traidores la arriaron de nuestros ayuntamientos, ahora es el momento de recordárselo.

Por último y ante la ofensiva de la prensa afín a la banca para satanizar lo que son unas justas movilizaciones. Os dejo un vídeo para que veáis quienes eran los radicales, quienes eran los encapuchados y a las sucias maniobras a las que recurre el Régimen del 78 para intentar evitar lo inevitable. Su hundimiento.

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Manifestación 15S. También fuimos un millón.

Y los castellanistas estuvimos presentes con nuestras banderas.


Azaña: Castilla y Cataluña.

«No puede admitirse por parte de los teorizantes autonomistas el concepto de que Castilla (metiendo en esta expresión no sólo los confines geográficos de una región, sino todo lo que no es región autónoma o autonomizante); no puede admitirse, repito, el concepto de que esta parte de España ha confiscado las libertades de nadie, ni ha agredido las libertades de nadie. Quien ha confiscado y humillado y transgredido los derechos o las franquicias o las libertades de mas o menos valor de cada región, ha sido la Monarquía, la antigua Corona, en provecho propio, no en provecho de Castilla, que la primera confiscada y esclavizada fue precisamente la región castellana. Es oportuno recordar, señores diputados, que las ciudades castellanas en el siglo XVI hicieron una revolución contra el rey cesáreo, contra la majestad nueva, desconocida de España, y esta revolución puede tener dos caras: o bien se admira en ella el último destello de un concepto político medieval, o bien se advierte en ella, y se admira más, la primera percepción de un concepto de libertades del Estado moderno, que nosotros hemos venido ahora a realizar. Porque aquellas ciudades castellanas, sublevadas contra el César, reunieron unas Cortes revolucionarias y redactaron una Constitución revolucionaria, que elevaron al rey como suma de sus aspiraciones, y es una cosa que emociona, que profundamente emociona el espíritu de un español, leer en aquel texto constitucional frustrado, además de las máximas de buen gobierno, sugeridas por el buen sentido natural de las cabezas claras, de que hablaba el señor Ortega ha poco, los preceptos garantizadores de la libertad individual, que en todo el siglo XIX no hemos sabido consignar en una Constitución ni mucho menos cumplir; y es una cosa que emociona pensar que ha sido menester que venga la República en 1931 para que en la Constitución republicana se consigne por vez primera una garantía constitucional que los castellanos pedían a su rey en 1521.»


Marcha a Madrid, 15 de Septiembre 2012.

Defiende tus derechos contra un gobierno que solo defiende el interés de la banca y el capital internacional. Y además es un día inmejorable para sacar tu bandera castellana a las calles de Madrid.

¡¡¡VAMOS!!!


Ahora toca… ¡CASTILLA!

Los que me siguen en este blog y en Facebook, ya saben que he repetido muchas veces que el Régimen del 78 se viene a abajo. Lo llevo pensando hace años. Lo que no contaba es que iba a suceder tan a prisa. Muchos dicen que la manifestación de la Diada ayer en Barcelona marca un punto de inflexión. Y es verdad. Todos los sabemos, salvo el PP y toda la casta política que ocupa el Parlamento Español. Todos piden respeto a la libertad de expresión del pueblo catalán. Todos piden moderación y Mariano Rajoy dice que no es momento de «algaradas», que «ahora no toca» (tomando un juego de palabras del propio Jordi Pujol). Al parecer el Presidente del Gobierno se ha calzado ya las mismas orejeras que su antecesor en la Moncloa. Y es que en este país no pasa nada que no se haya permitido desde hace 30 años desde Moncloa y Zarzuela. 30 años de cesiones a chantajes de la burguesía catalana y vasca. 30 años de separar a los ciudadanos españoles entre los que son de primera y los que son de segunda. 30 años de fomentar el expolio silencioso y traidor de Castilla para beneficio de otros. Y 30 años de un «café para todos» que siempre se ha sabido que era insostenible. En el pecado van a llevar la penitencia. Porque como digo, este régimen se cae como un castillo de naipes y todos, incluidos vascos y catalanes, lo terminaremos pagando con creces. No hace mucho, un consejero del gobierno vasco reconocía que la independencia de Euskadi tendría una primera consecuencia y es el no poder pagar las pensiones a los jubilados vascos. No en vano esa comunidad se lleva al año 1800 millones de euros limpios de polvo y paja en virtud al Concierto Económico. A esto ya me referí en otro artículo anterior.

España es un estado nacional que perdió su independencia al renunciar a su propia moneda y adoptar otra foránea. España es un país intervenido, bajo un gobierno que, al igual que el anterior, obedece a consignas extranjeras (esto era un delito de traición hace 100 años) y cuya única meta es salvaguardar los intereses bastardos de unos usureros a los que algunos llaman Mercados y los intereses no menos bastardos de la banca española. Si los recortes aplicados por los gobiernos de Zapatero y Rajoy pueden calificarse de graves, los que ha aplicado Artur Mas en Cataluña pueden calificarse de salvajes. Lo suficientemente salvajes como para que ayer en la Diada, los ciudadanos catalanes hubieran pedido su cabeza. Pero no fue así. El discurso victimista del nacionalismo catalán ha calado de tal manera en los catalanes, que hasta cuando padecen un incendio (como los que padecemos anualmente en Castilla) lo primero que hacen es mirar a «Madrit» a ver cuanta ayuda les mandan. Madrid parece que ya es responsable hasta de los retrasos de los autobuses municipales de Barcelona. Que en unos momentos en que las agencias de rating califican el bono catalán como bono basura (al nivel del de Grecia) el gobierno catalán amenace con la independencia si el gobierno central no les da el pacto fiscal que necesitan precisamente para independizarse, es de locos. Pero en este país las locuras de los iluminados triunfan. Una prueba más de que los catalanes en general están al mismo nivel de idiotez que el resto de españoles. Nadie le ha pedido cuentas a Mas por el despilfarro bestial que el nacionalismo catalán ha perpetrado desde tiempos de Pujol, financiando asociaciones nacionalistas, financiando 8 canales de tv autonómicos, medios de prensa, embajadas, corruptelas varias como el caso Palau… Ni mucho menos nadie se ha parado a analizar como en estos 30 años de gobiernos nacionalistas Cataluña, que era el motor económico de España (lo fue durante todo el Franquismo) y la primera región española en PIB, haya ido cediendo ese puesto a la Comunidad Autónoma de Madrid. Comunidad que además no tiene fábricas ni grandes industrias como Cataluña. Su único patrimonio es tener casi 7 millones de habitantes concentrados en una sola provincia, que pagan impuestos bestiales (sobre todo los vecinos de la Villa de Madrid). Madrid aporta al Estado 65000 millones de euros, de los cuales solo recibe 15000 millones. Este año, por ser una autonomía sumisa como todas las castellanas, recibirá 1000 millones menos. Hasta Esperanza Aguirre se ha quejado a su propio jefe, el Sr. Rajoy. Como digo, nadie ha pedido responsabilidades a Más. Al contrario, Mas les ha pedido salir a la calle a bailar con la Senyera y un millón de catalanes eufóricos han obedecido sin rechistar.

¿Pero que pacto fiscal quiere el Sr. Mas para Cataluña?. Simplemente uno calcado al Concierto vasco. Un pacto que garantice que Cataluña sobrevivirá económicamente, aunque el resto de España pase hambre. Un dinero asegurado, que saldrá entre otras de las arcas de la CAM. Un colchón para poder mantener toda la superestructura administrativa de Cataluña a costa de regiones pobres como Castilla, Extremadura o Andalucía y que al final les permita romper con el Estado Español. Porque además dicen que es «su dinero»,  que «les pertenece» y una España en decadencia «ya no mola».

Lejos de mí el pretender acusar de nada a ningún pueblo y el de pretender que alguien que no me soporta, que me culpa de todos sus males y que hasta me llama ladrón, viva a mi lado. Los pueblos se hacen mayores y deben afrontar sus actos y sus consecuencias. Si ayer Artur Mas hubiera proclamado la independencia de su país en el Palau de la Generalitat, no se lo hubiera impedido ni un policía municipal. Si no lo ha hecho, él sabrá porqué. La independencia de Cataluña no sería beneficosa para España a corto plazo, aunque quizá a la larga beneficiaría a todos los españoles, empezando por los castellanos. Para Cataluña sería una catástrofe por muchas razones. Pero eso es problema de ellos como digo y no voy a entrar en ello.

Castilla, aparte de muchas cosas, lleva 3 siglos soportando el proteccionismo económico catalán por parte del Estado. Siglos en los que Castilla ha visto el hundimiento de sus pueblos y villas antes prósperos. Siglos en los que Castilla ha sido saqueada en sus recursos económicos y sobre todo humanos. Y siglos en resumen, sufriendo gravísimas discriminaciones estatales que han convertido a esta tierra en un páramo desierto lleno de escombros. Decía Ortega que Castilla debía inmolarse por España… Pues Castilla ya no da más de sí y no debe dar más a los que más tienen y a los que más derrochan. La existencia de España como estado no puede seguir justificada por la decapitación de Castilla en los campos de Villalar hace 500 años. Un Estado que ha dado la espalda repetidas veces a Castilla, no está en situación moral de pedir nada a los castellanos. Y los castellanos no vamos a ceder.

Ante esto el Castellanismo tiene que posicionarse ya. Criticar a un gobierno autónomo no es insultar a un pueblo. Si se critica al Estado que permite discriminaciones, hay que señalar también a los que se benefician de esa discriminación. Si ante nuestras quejas alguien argumenta aquello de la «solidaridad entre pueblos», hay que empezar por decir que jamás hemos visto ninguna solidaridad hacia Castilla por parte de otros nacionalismos y que dicha solidaridad empieza con los propios castellanos a los que nos debemos. Hay que retomar aquel viejo cartel de Tierra Comunera, en el que aparecían Pujol y Aznar bajo el lema «Ellos pactan, Castilla paga». Porque así eran las cosas y así siguen siendo. En estos momentos gravísimos que estamos viviendo y ante la agresión de la Globalización Capitalista a los pueblos del Sur de Europa, es el momento de plantarnos, de defendernos y de dejar las cosas claras. Se tiene que terminar el que toda la política económica gire entorno a la periferia de España. Se tiene que terminar la discriminación y división de Castilla. Se tiene que terminar el justificar la anulación de Castilla por el «bien de España». Y se tiene que terminar en nuestra tierra los provincianismos paletos y el basar nuestra identidad en un equipo de fútbol, un toro, una guitarra y una peineta rancia. Ahora le toca a los castellanos. Los demás que hagan lo que quieran. Ahora nos toca a nosotros. Ahora toca… CASTILLA.


Jimena sale a misa – Joaquín Díaz