El Gen Culus
Lo de los genes particulares de los vascos era un fraude como han demostrado los últimos análisis del Adn europeo. Pero los genes diferenciales de los castellanos sí lo son. Algo debemos llevar los castellanos en nuestros cromosomas para ser como somos. Somos portadores de un gen al que yo denominaría Gen Culus (del Latín, Imbécil). Es el gen que nos hace sentirnos terriblemente españoles ante cualquier circunstancia. Vamos, que nos dicen que acaban de asesinar a nuestra madre y corremos al hospital vestidos con la camiseta de la Selección Nacional de Fútbol. No importa que los liberales españoles nos dividieran en dos en 1812. No importa que las sucesivas monarquías y repúblicas españolas nos hayan negado y dividido más cada vez. No importa que nos hayan lobotomizado. No importa que el PPSOE-IU-UPyD-PNV-CiU-ERC-BNG lleve 35 años diciendo que no existimos como pueblo ni singularidad dentro de España, ni tenemos derecho a ello. No importa que todo un presidente de gobierno negocie en secreto y de espaldas a los castellanos las gratificaciones a nacionalistas vascos y catalanes para que no se marchen de España (no caerá esa breva…). No importa que la obra pública caiga en todo el país donde se habla Castellano, pero caiga bastante menos en la periferia antes mencionada. No importa que nuestros agricultores siembren secarrales para que los murcianos tengan sus campos de golf. No importa que nuestros pueblos y nuestro patrimonio sea abandonado al saqueo y expolio. No importa que nos pongan vertederos nucleares. No importa que nuestra cultura sea borrada por una apisonadora estatal que solo entiende de Flamenco, Toros, Zarzuela y la Roja. No nos importa cumplir con el déficit regional y que en recompensa se nos quiten 1000 millones de euros para que los reciban los que se gastan lo que no tienen en tvs autonómicas, subvenciones, mamandurrias varias, embajadas y selecciones deportivas autonómicas. Hasta no nos importa que un presidente regional como Ignacio González nos insulte diciendo que no tenemos identidad. En parte es cierto, no tenemos identidad porque nos la han robado, nos hemos dejado y además nos gusta. Ya digo, el Gen Culus es tremendo y hace estragos.
Es el mismo gen que nos lleva a identificarnos sistemáticamente con toda la simbología española. Da igual que en otros territorios recuperen sus enseñas, aquí vamos con la bandera de toda España a todas partes. Da igual si es una mani pro-vida, un partido de la Roja, una mani antisistema o a la Fiesta de Villalar de los Comuneros. Da lo mismo, dependiendo de la ocasión le ponemos o le quitamos el morado, pero es la misma bandera del Estado. Demonios, es que duele que en los mismos campos donde sacrificaron sus vidas unos patriotas castellanos en 1521, algunos les honren con una bandera del Estado republicano español de 1931 y no sean capaces de alzar una bandera de su tierra. ¿Nos dió algo a los castellanos el régimen republicano de 1931 o es que me he perdido algo?. ¿Es que tanto nos da este Estado como para envolvernos en su bandera?. ¿Es que ni si quiera el 23 de Abril y estando en Villalar os podéis sentir exclusivamente castellanos?. ¿Tanto odiáis algunos castellanos a vuestra propia tierra?. ¿Es que no os queda ni una pizca de dignidad?.
Yo no soy independentista, pero tampoco tengo vocación de felpudo. Yo no coloco la unidad de España por encima de todo y menos por encima de Castilla. Quiero seguir formando parte de España como comunidad de pueblos, pero no quiero seguir siendo vasallo de un Estado que sigue destrozando a mi tierra y que me trata como a ciudadano de tercera. Y desde luego, no pienso hacer mía alegremente la bandera de ese Estado con o sin morado. Puede que el Gen Culus triunfe en la genética de algunos castellanos que hoy van a Villalar con la bandera española tricolor y mañana si juega la Roja sacan la bicolor, pero algunos nos hemos vacunado ya contra él y sus consecuencias. Eso signifca estar orgulloso de ser castellano, hoy, mañana, siempre, contra todo y contra todos.
23 de Abril 2013: Castilla sigue pagando.
Vivimos en un país cuyo régimen político lleva 36 años robando el dinero de los ciudadanos a manos llenas. Bien es cierto que hasta el comienzo de la crisis a finales del 2007 a nadie le importó demasiado. Habiendo dinero para consumir, todo daba igual. Tampoco les importaba a los castellanos. Y eso que llevan todo estos años siendo el equipo perdedor en esta Liga amañada por árbitros catalanes y vascos, cuyo colegio es presidido por el árbitro mayor, el Estado Español. Mientras las comunidades castellanas se hunden económica y demográficamente. Mientras a los madrileños se les miente desde sus instituciones autonómicas, se les dice que no son castellanos, que no tienen identidad y de paso se les roba 1000 millones de euros. Mientras a Castilla La Mancha queda esquilmada en sus recursos económicos, naturales y en sus derechos sociales, cuando su presidenta acumula 3 cargos políticos con sus respectivos sueldos. Mientras la Junta de “Castilla y León” vende una Historia sesgada y manipulada a una región tan artificial como anciana, en trance de desaparición y permitiendo que su territorio sea objeto de subasta por parte del nacionalismo vasco. Mientras se dice a los castellanos de Cantabria que no lo son y se les oculta que su región es económicamente inviable y que depende totalmente del Estado para su financiación. Y mientras los Riojanos viven bajo la sombra del nacionalismo vasco y de espaldas a su historia y cultura castellanas. Mientras todo esto pasa en Castilla, los castellanos siguen en estado de coma y pensando y obrando, no en Castellano sino en español. No creo que haya otro ejemplo mayor de indolencia e ignorancia en toda Europa.
Estamos cerca del 23 de Abril, Día Nacional de Castilla, a falta de otra fecha mejor y fiesta regional de la autonomía de “Castilla y León”. Los partidos de esa región falsa e impuesta por el Congreso de los Diputados en 1983, han decidido no hacer un manifiesto como en años anteriores. Consideran que es innecesario, puesto que la región está consolidada. Una de las señas de identidad de esa región es la llamada Guerra de las Comunidades de Castilla. Una guerra iniciada en 1520 en Toledo y finalizada al año siguiente en esa misma ciudad castellana. Una guerra capitaneada por un hombre de Toledo, Juan de Padilla y tras su muerte liderada por su esposa, María Pacheco, toledana de adopción también. No deja de ser curioso que una región que dice ser histórica, hunda sus fundamentos esenciales ni más ni menos que en una ciudad ajena a ese territorio, Toledo, mientras por otro lado pisotea los derechos de los leoneses. Pero da lo mismo. A los castellanos del Norte, cuyas vidas transcurren de espaldas a sus paisanos del Sur y atrapados en ferias de abril y rocieras importadas de Andalucía, parece importarles poco. Lo mismo sucede al Sur de Guadarrama.
Imagino que ante este espectáculo los huesos de María Pacheco y de su marido deben estar retorciéndose de dolor y de rabia. Es el precio que los héroes pagan en una tierra cuyos habitantes tienen escasa memoria para los actos de valor. Por esa falta de memoria ni Padilla ni María Pacheco tienen aún monumento alguno en Toledo. Por esa falta de memoria, Juan de Zapata no goza de una miserable calle que le recuerde en Madrid. Por esa falta de memoria y de amor por la tierra propia, los castellanos se extinguen como cultura diferenciada de Europa en el marasmo de la multiculturalidad globalista y capitalista. Y en su abulia, no solo pierden su identidad. Adoptan también la insana costumbre de dejarse saquear a manos llenas por un Estado al que creen propio, cuando ese ente se ha mostrado siempre como una losa para Castilla, bajo monarquías, repúblicas y gobiernos de derecha e izquierda. De toda esta lamentable situación no solo son cómplices unos castellanos ignorantes. Lo son sus instituciones y sus partidos políticos. Algunos de los cuales no dudarán en pasear su traición por las tierras de Villalar de los Comuneros, envueltos en banderas españolas bicolores o tricolores. Tierras donde aquellos patriotas castellanos acudieron en su día, bajo un estricto código de honor, a luchar y morir por su tierra.
Ojalá ese honor rebrote algún día. Ojalá las amapolas comuneras se abran paso de nuevo entre cardos con olor a orines, charcos de aceite y de cerveza, puestos de gilipollería de mercadillo y entre la mediocridad de una fiesta que es ya de todo, menos comunera y castellana.
“Desde entonces ya Castilla no se ha vuelto a levantar. En manos de rey bastardo o de regente falaz. Siempre añorando una Junta o esperando un Capitán…”
(Poema Los Comuneros, Luís L. Álvarez)
Mentiras contra Castilla.
Se habla mucho estos días del llamado escrache. Ya sabéis, eso de manifestarse cerca o frente al domicilio de un político para denunciar alguna presunta fechoría por él cometida. Ciertamente nuestra clase política (casta parasitaria la llaman ya algunos) está preocupada. Dicen que la privacidad es inviolable. No lo se, pero que se lo cuenten a las familias a las que los bancos les han dejado sin privacidad y sin domicilio. Y que se lo cuenten a esas familias porque los dos partidos mayoritarios a lo que se han dedicado hasta ahora es a darle la espalda a los ciudadanos afectados y a defender los intereses de los bancos. Pero no van por ahí los tiros de mi artículo sino por esa preocupación tan grande que tienen los políticos porque les griten en la calle o bajo la ventana de su casa. El político en general se ha acostumbrado a mentir y a reírse en la cara de los ciudadanos con impunidad. Bien es cierto que una de las características de la manada española consiste en olvidar sistemáticamente las puñaladas que les otorgan sus políticos. Por eso y a pesar de haberles defraudado una y mil veces, los españolitos llevan 30 años votando al PPSOE-IU-PNV-CiU. Lo que pasa es que la manada se ha despertado levemente. La manada no tiene trabajo, no puede consumir, pierde sus tvs y hasta sus casas y eso… cabrea. ¿Se supone que tenemos que permanecer impasibles hasta las próximas elecciones y aguantarnos sin más?. O sea, ¿hay que tolerar democraticamente a un partido quea los 3 meses de llegar al gobierno tira por la borda el programa por que el que obtuvo la confianza de la ciudadanía?. ¿Hay que tolerar a un político que se ríe literalmente en tu cara?. Pregunto.
¿Que tenemos que hacer cuando un político nos miente descaradamente?. No ya con brotes verdes y otras sandeces como las de Zapatero, Rajoy o Montoro. Hablo de cosas más serias. Vamos a ver, este estado autonómico es inviable. Es un grito a voces. Lo sabemos todos, hasta en la maldita Unión Europa, de cuyo retrete formamos parte. Pues con todo, nos sale hace unas semanas, el Presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, con eso de «durante estos treinta años Madrid ha servido lealmente a España y, paralelamente, aun careciendo de señas de identidad, ha brotado el orgullo de ser madrileño». Estas cosas no son baladíes, son muy graves. Esto es mentir a los madrileños y manipular a los ciudadanos de esta comunidad autónoma inventada. Y lo peor es que esta mentira se hace extensiva al resto de partidos de la Asamblea de Madrid, cuyos representantes permanecieron impasibles ante estas manifestaciones del Presidente madrileño. No voy a recurrir a la Historia, ni a mencionar tantos motivos culturales por los que la Provincia de Madrid es castellana. Solo tengo que recurrir a los símbolos propios de esta autonomía, cuya evidencia debería hacer sonrojar al Sr. González y a los representantes del PSOE, IU y UPyD. Pero ya no espero nada de unos políticos que desconocen lo que es la vergüenza y la decencia. Porque de tener vergüenza, estarían ya pidiendo perdón por habernos colado una autonomía que nadie quería, por hacerlo desde las sombras y de manera absolutamente antidemocrática (los madrileños nunca votaron este Estatuto de Autonomía) y por legitimar la ruptura de Castilla con un dictamen del Congreso de los Diputados claramente inconstitucional. Es más, deberían pedir perdón por haber propiciado un genocidio humano, económico y cultural contra el pueblo castellano.
Se congratula Ignacio González del gran servicio que esta comunidad ha otorgado a España desde la ignorancia de los madrileños. Y no es para menos. España o mejor llamar a las cosas por su nombre, el Estado Español (porque España es otra cosa), saca limpios de la Comunidad de Madrid 66.000 millones de euros (impuestos, tasas, etc.), de los cuales devuelve tan solo 11.000 (1.000 millones menos que el pasado año). El Estado lleva 30 años saqueando a los madrileños para pagar privilegios en la periferia básicamente. Esperanza Aguirre ya denunció esto con Zapatero y después con Rajoy. Ignacio González también ha pataleado un poco. ¿Resultado?, silencio en Moncloa. Esa es la labor de los polis buenos. «Que malo es mi jefe que te roba la cartera pero yo te comprendo» (palmada con puñal en la espalda). Y el ciudadano de Madrid tan feliz en su ignorancia y celebrando los éxitos de la Roja y de Rafa Nadal. Otros por mucho menos, convocan manifestaciones por la independencia. Quizá aquí debamos empezar a plantearnos muy seriamente lo que nos cuesta el dni español. Lo mismo descubrimos que el matrimonio de Isabel y Fernándo fue el peor negocio de nuestra Historia…
¿Que tenemos que hacer ante esto los castellanistas?. No, no voy a pedir a nadie que vayamos al domicilio de unos u otros a liarla, pero sí a ser la mosca cojonera. Por ejemplo, se puede educar a los castellanos para que sepan quienes son. Se puede llamar embusteros a políticos que como Ignacio González, mienten en público sin que nadie les diga nada. Se puede seguir machacando con la idea de Castilla. No conformarnos ni regodearnos en las poltronas en tal o cual municipio o autonomía castellana impuesta (en el momento que uno da por bueno tal o cual aspecto de una comunidad autónoma castellana, está renunciando explícitamente a la unidad de Castilla). Superar nuestro maldito provincianismo (se nace miembro de una familia, de una comunidad cultural y no de un ente administrativo artificial, ¡papanatas!). Ver más allá de nuestros propios intereses y gustos personales (no ver a otros castellanistas como el enemigo a batir porque tienen otras opiniones distintas a las nuestras. No necesitamos sectarios). No rendirnos. Divulgar por la Red las injusticias que se hacen con Castilla (desde la caza del lobo al Trasvase Taje-Segura). Sacudirnos la modorra que impera en algunas sedes de partidos castellanistas (es ya escandaloso el silencio de algunos ante lo que Rajoy va a quitarle a Castilla para dárselo a Artur Mas). Salir a las calles con las banderas aprovechando la mínima ocasión, en vez de darnos tantos golpes de pecho con la Tizona frente a la pantalla de nuestro pc. No dar la batalla por perdida. Tener VOLUNTAD. Ser leales a nuestra tierra y a los que levantaron Castilla desde la nada. No cruzarnos de brazos, en definitiva.
Aunque gente como Ignacio González sigan mintiendo y haciendo ver a los ciudadanos que no pasa nada, este régimen va a caer. Lo de la Casa Real es de escándalo diario. El estado autonómico actual no podemos pagarlo y su final va a llegar les guste a los de la casta o no. Salen ya hasta catedráticos pidiendo agrupar autonomías castellanas (http://www.vocesdecuenca.com/frontend/voces/Soriano–Prolongar-La-Situacion-Del-ERE-De-Geacam-Est…www.vocesdecuenca.com/frontend/voces/Un-Catedratico-Propone-Reducir-Autonomias-Y-Reagrupar-Castilla-La-Mancha-Y-Madri-vn25925-vst352).Tenemos que estar preparados. Nadie va a hacer nada por Castilla, salvo los propios castellanos. Y menos los nacionalistas españoles y periféricos, para los que Castilla es un suculento bizcocho. Quien no llora no mama, dicen un refrán castellano. Pues ya es hora de sacar el pañuelo para llorar de rabia y para decir a tanto traidor y embustero ¡Adiós!.