Felicidades a Tokio.
Eso de entrada. Y luego mi «pésame» a todos esos que iban a sacar beneficios de las Olimpiadas de Madrid 2020. Me refiero a toda la oligarquía española formada por la banca, la patronal y la clase política más corrupta de toda Europa. Tenemos una España inviable, con 17 administraciones autonómicas, la mayor parte de ellas tan impuestas por la casta política del Régimen del 78 como innecesarias. La Comunidad de Madrid es un claro ejemplo de ello. La única provincia castellana desarrollada, fue separada de una Castilla moribunda para evitar que la misma pudiera estar a la altura de otros territorios. Esta oligarquía lleva más de 30 años viviendo de un régimen antidemocrático y de la sistemática manipulación de la opinión pública a través de eso que llaman medios de comunicación. Durante los 30 últimos años, se han dedicado a liquidar la industria española, su agricultura y su pesca. Y han dejado el país únicamente dedicado al turismo y al ladrillo. Han dejado España sin posibilidades de progreso y además sin soberanía política y económica. Esta situación ha desembocado en la actual crisis que padecemos, cuyo mayor símbolo son más de 6 millones de ciudadanos sin trabajo. Toda esta pobreza y corrupción en la que la élite política y financiera han sumido a este país hubiese quedado tapada por esas olimpiadas que a Dios gracias, no se van a hacer en Madrid.
Se que muchos se habían tragado las mentiras de los beneficios que iban a traer los Juegos, como antes se tragaron todas sobre las que se ha construido el Régimen del 78. Levantarse es duro pero hay que hacerlo. Los gravísimos problemas que atravesamos no se curan con un botellón olímpico. Tampoco se solucionan instalando prostíbulos de lujo en Madrid para el disfrute de la élite. Vamos a empezar por unirnos todos para pedir responsabilidades penales a la oligarquía española, empezando por los dos grandes partidos nacionales que nos han llevado a esta situación. Vamos a pedirle cuentas a la familia que ostenta a perpetuidad la Jefatura del Estado heredada del Régimen Franquista. Y sobre todo a esos poderes financieros, encabezados por los dos grandes bancos y la patronal, que han convertido a la que fuera novena potencia económica mundial en un estercolero sin futuro.
Nadie nos va a regalar nada. Los castellanos lo sabemos bien. No va a llegar ningún mesías que nos saque las castañas del fuego. Eso solo lo esperan los esclavos. Vamos a levantar una verdadera España cuya máxima sea mejorar en todos los aspectos las enormes cualidades del pueblo español, empezando por su educación y su cultura, sin las cuales no es posible una sana democracia. Vamos a recuperar nuestra soberanía plantándonos ante la Comisión Europea y el FMI, para que sepan que España no asume las corruptelas y el latrocinio de sus banqueros y sus políticos. Vamos a echar a patadas a la partitocracia de este régimen, a todos. Vamos a darle el billete de ida sin vuelta a la peor dinastía que ha reinado en este país y que no es otra que la de los Borbones. Y vamos sobre todo a sacar de las mazmorras del olvido a esa patria encadenada, humillada y violada que se llama Castilla.
Los hechos son así de duros. No estamos para juegos ni para hundirnos moralmente como niños a los que se les ha negado un capricho. Es la hora de unirnos todos los ciudadanos, sin sectarismos, con sentido común y con responsabilidad para limpiar de escoria nuestra casa. La fiesta se ha terminado. La hora de las mentiras y de la manipulación al pueblo español no dan más de sí. Hay una frase de Abraham Lincoln que ilustra muy bien nuestra situación y reza así:
«Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.»
Perdido en las Merindades de Burgos
Es una gozada perderse por las Merindades de Burgos y una semana me ha parecido bastante poco. No solo atesora una enorme cantidad de Arte Románico y Gótico. Es la riqueza de todos sus paisajes a la vez. Es que sales de un valle y sin darte cuenta entras en otro diferente que intenta superar en belleza al anterior. Pero lo más llamativo son sus gentes. Siempre me ha sentado mal esos comentarios sobre lo secos o antipáticos que somos los castellanos. Vamos, en Madrid somos todo lo contrario. Y lo mismo en Segovia, en Palencia, en Burgos, en Toledo o en cualquier rincón de Castilla. Abrías un mapa en medio de un pueblo de la Merindad de Montija y ya tenías al lado al carnicero o el del bar de en frente a ver si podía ayudarte. Si algo ha conseguido enamorarme de la zona, ha sido el carácter cordial de sus gentes.
Se me ha hecho extraño que hubiese tan poco turismo, la verdad. Pero es cierto que seguimos siendo un país de playa, bronceador y tumbona. La Naturaleza o la Cultura siguen siendo proscritas en una España que apenas es capaz de leer un libro al año. Pero es verdad que en cierta manera se agradece porque evitas aglomeraciones en los monumentos y los atascos en las carreteras. Y si de algo quería huir era de todo eso.
Recuerdo esos días de agosto en los que hablaba con mi padre por teléfono y me contaba que en Madrid a las 10 de la noche seguían a 32 grados, cuando yo estaba disfrutando de mis 20 grados en esos momentos, incluso a 8 grados de madrugada. Otro activo a tener en cuenta para viajar allí, el clima. Una mezcla entre el clima mediterráneo y el atlántico. Por eso a veces parece que estás en Santander, otras en Palencia y otras en el País Vasco.
El hotel rural estaba genial y a buen precio. La comida era de menú y muy buena también. Por si a alguien le interesa, se llama El Balcón de Montija y está en El Cruce, muy cerca de Espinosa de los Monteros. Un sitio estupendo porque se encuentra casi en el centro de las Merindades y te permite moverte en una u otra dirección en poco tiempo.
Ya digo, la valoración turística en general de la zona es muy positiva. La valoración castellanista ya es otra cosa.
He visto cosas que no me han gustado mucho. Entiendo que en esa zona y en Burgos en general a la gente le guste el Athletic de Bilbao por aquello de la cercanía y que se note en algunas zonas como el Valle de Mena cierta influencia vasca. Lo que me parece lamentable es llegar a un mercadillo y que en varios puestos vendieran banderas de todo tipo y sobre todo ikurriñas y ni una sola de Castilla. Pero ni moradas, ni rojas ni si quiera de Duerolandia. Aún más lamentable ver ikurriñas en ventanas en Villarcayo. Y que nadie piense que en esa villa la gente se siente vasca, no. Lo que pasa es que algunos hijos y nietos de emigrantes castellanos gustan de volver en Verano a las tierras de sus antepasados y dejar claro que ellos son más chulos que nadie y no unos paletos como los indígenas del lugar. Por eso reniegan de la tierra de sus ancestros y prefieren ondear la bandera del PNV convertida en bandera de la comunidad autónoma vasca en 1978, antes que la castellana que tiene más de 8 siglos de gloriosa historia. A mí no se me ocurriría por ejemplo irme a León de turismo y colgar la bandera de Castilla en una ventana del hotel para tocar las narices. Pero ellos son así. Peor aún me ha sentado ver pintadas abertzales en la medieval Villa de Frías y que su ayuntamiento no se haya dignado en eliminarlas. Todas estas cosas parecerían ridículas de no ser porque en frente tenemos el tema de Treviño. Vamos a ver que pasa este mes de Septiembre y el peso que tiene el Estatuto de Autonomía de Castilla y León frente al de Vitoria.
La autonomía vasca emite una fuerte identidad. Buena parte de ella fruto de falsificaciones históricas, cierto, pero subvencionada desde el propio gobierno vasco desde hace 30 años. En cambio con Castilla se ha hecho todo lo posible por destruirla, sobre todo desde las propias administraciones autonómicas. No es solo que estemos divididos en 5 trozos. ¿Se imagina alguien a un diputado vasco del PP diciendo que Euskadi no tiene identidad?. Pues en la Comunidad de Madrid hemos tenido a todo un presidente autonómico que ha estado 2 legislaturas alardeando de eso mismo en relación a Madrid. Y cuanto más lo decía, más votos sacaba. Son las cosas que tiene el electorado castellano. Te insultan, te dicen claramente que eres inferior al resto de regiones españolas, que no tienes cultura propia ni historia propia y aplaudes con las orejas. Con gentuza de esta clase y con paisanos así no me extraña que estemos como estamos. Y es que si cae Treviño, caerá lo que se propongan (Cantabria, las Merindades de Burgos, La Rioja y hasta el Norte de Soria). Sería gracioso que un día la ikurriña de los hermanos Arana ondeara en Taranco de Mena… Quizá nos haga falta eso para reaccionar.
Entiendo que no todo el mundo opinará como yo en relación a este u otros temas. Y que algunos castellanistas miran a otro lado en relación a Treviño. Me parece genial. Así nos retratamos todos y el pueblo sabrá quien tiene complejos en Castilla y quien no. Por mi parte, del mismo modo que miro con desconfianza y recelo al Estado Español por como se comporta con mi tierra, miro con esa misma desconfianza y recelo a los del Norte y Noreste, que llevan siglos sacando réditos políticos y económicos de las discriminaciones a los castellanos. Pero algunos no aprenden ni después de 30 años de palos en la espalda.
Otra cosa criticable son algunos de los guías turísticos con los que me he topado. Se nota claramente quienes disfrutan con su trabajo y quienes se limitan a rentabilizar una oposición que aprobaron en su momento. Que una guía del Monasterio de las Huelgas te diga en 2 ocasiones que el Pendón de las Navas de Tolosa fue «robado» a los musulmanes y que no es un pendón porque no se puede ondear debido a su tamaño… ¿Esta señora no sabe que en las guerras la misión primordial es quitarle la bandera al enemigo?. Vamos esto ha sido así desde los romanos hasta la Guerra del Vietnam. ¿Es que esta inútil no conoce los pendones de los pueblos de Castilla que la gente saca en las fiestas patronales y que a veces miden más de 3 o 4 metros de largo y se ondean entre varios si hace falta?. Y encima la tipa era de Burgos capital… De hecho tuve el placer de ver y tocar alguno de esos preciosos pendones, que son en definitiva Pendones de Castilla y ni son morados ni llevan leones. También me di cuenta de como algunos guías a sueldo de la Junta de Duerolandia o del ayuntamiento del PPSOE de turno se echaban a temblar en cuanto me escuchaban hablar de Castilla La Vieja y La Nueva. Algo que solo me animaba aun más a la hora de tocar las narices.
Pero volviendo a las Merindades, no toda la valoración castellanista es mala. He visto ondeando dos banderas rojas de Castilla en balcones en dos pueblos de la zona y bien visibles. Ojalá la moda se extienda, pero para eso hay que crear conciencia y que la misma propicie la demanda. Porque también es triste que la genuina Bandera de Castilla no se venda en una sola tienda de Burgos o Valladolid, que tanto presumen de ser castellanas viejas y por el contrario sí se vendan ya en alguna de Madrid. Y eso que «no tenemos identidad», según el actual Ministro de Justicia y ex presidente de la calamidad autónoma Madrid.