9 de Noviembre. Derecho a decidir
¿Que hubiese pasado hoy si los castellanistas hubiéramos puesto una mesa con una urna en el Puente de Segovia en Madrid, para pedir a los madrileños que votaran si querían una sola autonomía castellana o cinco separadas?. Os lo voy a decir. Hubiera llegado la policía municipal, nos hubiera pedido la documentación y nos habría animado a largarnos o ser multados con la requisa de la mesa y el material. De nada habrían servido esgrimirles derechos constitucionales como el de la libertad de expresión. Estás ocupando un espacio público municipal y o pagas por estar ahí o te largas.
En serio, uno lleva en esto unos años y sabe como funciona la democracia española. En éste país todo aquello que no moleste al sistema puede hacer lo que le venga en gana. Por ejemplo, los de Podemos pueden organizar una asamblea donde les salga de las narices. Yo se las he visto hacer en Madrid Río y creedme, la policía se limita a observar. Lo mismo que el Gobierno Catalán. Pueden organizar una mamarrachada con las urnas por medio y no pasa nada, absolutamente nada. El mismo gobierno que no dudaría en reprimir a los castellanistas por desafiar el actual marco autonómico impuesto, se limita a observar el simulacro de referéndum catalán sin hacer nada más. Incluso si hace falta mañana mismo se reúne con Artur Mas para darle ese pacto fiscal que tanto demanda y que supondrá que Cataluña no aportará ni un euro al fondo de solidaridad autonómica. Muy al contrario, harán lo mismo que vascos y navarros. Será la Comunidad de Madrid la que tendrá que ser solidaria y además tendrá que aportar más dinero al Estado para que éste siga invirtiendo en Cataluña, País Vasco y Navarra.
Todo esto apesta. Lo hace el país entero. La sensación que muchos tenemos es que todo esto está cocinado desde hace tiempo. Artur Mas va a salvar los muebles y Rajoy quiere cerrar el frente catalán como sea. Y si tiene que vender al resto del país, lo hará. El PSOE sigue con su gilipollez federalista asimétrica y sin querer darse por enterados de que el régimen se les va a caer encima sí o sí. Lo mismo que UPyD e Izquierda Unida, que podrían según las encuestas, quedarse hasta fuera del Parlamento de haber hoy elecciones legislativas. Ojalá.
¿Y Podemos?. Bueno, Podemos y su líder Pablo Iglesias, siguen a lo suyo. A decir lo que conviene según el momento y a prometer lo que haga falta con tal de recoger el resultado del cabreo popular. Y mientras el PP les hace propaganda a diario y les acusa de querer una España a la cubana, otros vemos cosas peores. Siempre hablan de la casta. Cada 2 frases, meten la palabrita. Parece que están realmente en contra de la casta. Sin embargo resulta llamativo que no se atrevan a cuestionar el principal organismo del cual se nutre esa casta y que no es otro que el vigente estado autonómico. Podemos no va a hacer nada por unir Castilla porque a éste partido y a su líder, les importa una mierda Castilla y los castellanos. En eso piensan exactamente lo mismo que la casta del PPSOE-IU-UPyD. Castilla es España y nada más. Y el pueblo castellano no existe. Existen los españoles de «la Meseta» y se acabó. Aquí no hay identidad que defender, ni derechos a decidir nada. Eso lo reserva Podemos exclusivamente para Cataluña, País Vasco, Navarra y quizá Galicia. Y algunos castellanos van y nos dicen que aún así hay que apoyarles. Hay que derribar el régimen y después seguro que ayudan a Castilla. Ayudarán a Castilla exactamente como hizo Felipe González en 1982. Líder emergente en 1978 y que tanto se parece en los modos y las maneras al Pablito Iglesias del 2014.
No se cual es realmente el problema que tenemos en Castilla. No todo se puede reducir a ser víctimas de una casta política traidora. Tampoco a que seamos incapaces de diferenciar entre la lealtad y la sumisión. Ni si quiera a carecer de un partido castellanista fuerte. Sólo sé que el que no llora no mama. Que somos pocos en esto y mal avenidos. Que mientras nos roban la cartera, nos peleamos por mapas. Que aprovechamos la mínima para poner la zancadilla al de lado porque no nos gusta el color de su pendón. Y que nos importa más ser de derechas o de izquierdas, antes que castellanistas. Y mientras tanto, la vida pasa y el tiempo también. Nuestro pueblo va perdiendo su identidad y se va convirtiendo cada vez más en un esclavo fiscal de un Estado que nunca ha querido hacer nada por Castilla. Somos ese tonto del pueblo que ya peina canas, al que todo el mundo quiere invitar, pero que luego dejan sólo en la taberna y tiene que pagar su ronda y las de los demás. Quizá todo consista en no volver a entrar en la taberna y en tomarnos la ronda en nuestra casa, en nuestra mesa y con nuestro vaso. Y para eso hay que tenerlos muy bien puestos. ¿Los tenemos?.