Un alcalde embustero apellidado Almeida.
Cuando pensábamos que Manuel Carmena era lo peor que le podía haber pasado a una ciudad como Madrid, llegó el señor Almeida para hacer santa a la anterior inquilina. Y no creo estar exagerando nada sobre este tema. Vamos a ir desgranando las fechorías de este individuo.
1. Madrid Central. «Vamos a quitar Madrid Central». Ese era el punto fundamental con el que el PP de Almeida se presentó en Madrid. Por ese punto millones de madrileños le votaron. Y es que hay millones de madrileños entre los que me cuento, que estamos hasta las narices de pagar un impuesto de circulación para luego no poder circular y aparcar donde queremos. Derecho que se adquiere teóricamente cuando lo pagas. Pues bien, a las 24 horas de haber ganado las elecciones, se desdijo de su principal promesa y manifestó que ya no quitaba Madrid Central. Que lo iba a reformar. Y lo ha reformado tanto, que nos ha hecho otro Madrid Central más grande, que ahora se llama Madrid 360. En resumen, el señor Almeida ha mentido. Es un mentiroso. Y no me sirve que por compromisos con la UE Madrid no puede quitar ese Madrid Central, porque si es así, no lo prometas. Embustero.
2. Parquímetros. Ya no son en el interior de la M30. Ahora se han llevado fuera. La excusa, «para evitar agravios comparativos» respecto a barrios que tienen el SER (servicio de estacionamiento regulado) y cuyos vecinos aparcan calles más allá para librarse de el pago o la multa. En serio, Almeida nos toma por tontos de baba (y quizá lo seamos). Es que siempre va a haber límites entre barrios y calles donde se paga y donde no. De modo que ya está la puerta abierta para imponer el SER en cualquier barrio de Madrid. Más recaudación y más abusar de unos ciudadanos que ya pagaban el derecho a aparcar cuando han pagado el impuesto de circulación. Nos están cobrando dos veces por el mismo derecho. Nos están timando y nos están robando, señor Almeida.
3. Aparcamientos SER (vecinos). En todo los barrios se han ido reduciendo las plazas para aparcar. En algunos distritos como el de Arganzuela es ya un abuso. Te quitan 10 plazas de coches y te ponen un mini-carril bici. Al me siguiente te quitan 30 plazas porque ya no se puede aparcar en batería. Luego vendrán aparcamientos de bicicletas que nadie usa y ahora últimamente aparcamientos para… patinetes. Con dos cojones. Se ríen en nuestra cara. O sea, que como hay ahora tantas empresas PRIVADAS que alquilan patinetes, les quitamos las plazas a los vecinos (plazas que han pagado) y se las damos a las empresas privadas de patinetes para que sigan haciendo negocio. Y vas y te quejas por escrito. Y te responden que según la ordenanza municipal, un 25% de las plazas de aparcamientos deben ser para «otros colectivos». Colectivos que no pagan por aparcar. Porque hasta donde yo sé, aparcar bicis y patinetes es gratis. Pero si aparcas tu coche, pagas como el pringado que eres. Les sugieres que dejen aparcar a los vecinos en las plazas azules (las que nos son de residentes) y se callan. No te responden. Miran para otro lado. Pasan de ti y te dicen que aparques en «otros puntos de la Ciudad». Así, con un par. No es que el señor Almeida y su equipo no hagan nada por mejorar el aparcamiento en Madrid. Es que directamente se han lanzado al acoso del vecino con coche. A ese vecino que repito, paga anualmente el impuesto de circulación aparte del SER. PAGA DOS VECES POR APARCAR y a cambio se le quitan cada más más plazas para poder hacerlo.
4. Limpieza. Lo resumo diciendo sin mentir lo más mínimo que Madrid apesta a orines. Y no solamente en relación a barrios humildes de la zona Sur, no. Hablo de céntricas calles de la Capital. Algunas como la Calle del Caballero de Gracia es un urinario público. No solamente los fines de semana. A diario los orines corren calle abajo, convirtiendo esta calle en una de las más inmundas de la Ciudad. Calle en la que abundan algunos restaurantes a los que yo no me atrevería a ir, pues el olor a PIS lo inunda todo. Incluso el conocido Oratorio de Caballero de Gracia, hay días cuyo interior apesta a orines. Algo que notan no solamente los fieles, sino también los turistas. A eso hay que añadir que esos mismos restaurantes tienen sus contenedores en el exterior, de los cuales gotean líquidos asquerosos que junto con los orines, contribuyen a que esta calle parezca sacada de la peor zona de tugurios de Calcuta. Y no es la única. Podemos hablar de la calle Leganitos, Plaza Mayor y calles adyacentes, Cuesta del Arenal, Puente de Segovia, etc. Madrid es una pocilga. En parte por la poca educación de algunos y en buena medida por el abandono absoluto que el Ayuntamiento del señor Almeida ha sometido a esta ciudad.
Y en relación todo esto, algo que nadie quiere mencionar. Es verdad que muchos de los problemas que tenemos con los orines en las calles, se deben a personas sin educación ni civismo. Pero también a la sobrepoblación de perros. Madrid no puede seguir aumentando su población canina (ya hay más mascotas que niños) porque si bien la mayoría recoge las cacas, no es menos cierto que nadie recoge los pises de los canes. Y donde lo hace uno, lo hacen 50 más. En Verano esta situación se hace ya insostenible debido a las altas temperaturas.
5. Parques y Jardines. Cuando gracias al gobierno del señor Sánchez, la Covid19 llegó a España y se colapsó la sanidad pública, dejando morir a más de 50.000 ancianos, el señor Almeida tuvo una gran ocurrencia. Cerrar todos los parques. En medio de una enfermedad respiratoria y cuando más necesitábamos aire limpio, Almeida nos cerró los parques. Pero no solamente parques pequeños de barrio, no. Cerró la Dehesa de la Villa, El Retiro y LA CASA DE CAMPO. La excusa fue que «había que evitar aglomeraciones». ¿Aglomeraciones en 1.800 hectáreas de Casa de Campo?. ¿Nos tomó el señor Almeida por imbéciles a los madrileños?. Pues parece que sí. También dejaron de funcionar las fuentes ornamentales y las de uso común provenientes del Canal de Isabel II. Incluso a día de hoy, siguen cerradas todas las fuentes del Cementerio Sur de Madrid. Todo esto ante un virus que como se ha comprobado, se contagia por vía aérea a través de partículas que expelemos al hablar o toser. No por el agua del Canal de Isabel II. Pero claro, había que hacer que se hacía algo, cuando en realidad no se hacía nada. De modo que la Casa de Campo estuvo cerrada más de dos meses, mientras la gente salía a pasear colapsando las aceras de la Capital. Bravo. Todo muy inteligente.
A esto se añade la política de desbroces y podas. Vamos a ver, yo entiendo que hay que prevenir incendios en el Verano y me parece que está muy bien desbrozar la maleza seca. Lo que nadie entiende es que en pleno mes de Abril y Mayo, cuando las plantas están en plena floración y de las cuales se alimentan muchos insectos como las abejas, se proceda a su destrucción con las desbrozadoras. Y no solamente lo he visto en los parques del interior de Madrid. Es que lo han perpetrado en la Casa de Campo. En concreto en los terrenos cercanos a los viveros del Puente del Rey y el Lago. Todo con mucho sentido común, sí señor. Quitar hierba y maleza verde para que el terreno pierda la humedad, se comience a cuartear y así contribuyamos al «cambio climático». Genial todo señor Almeida. Aplausos.
Mientras tanto las cotorras y palomas sigan campando a sus anchas por toda la ciudad, haciendo la vida imposible a los gorriones y repartiendo mierda en todos tendederos y en los coches de los vecinos de Madrid.
6. Obras. ¿Cómo es posible que zonas del Centro de Madrid, que solamente necesitaban arreglar su pavimento, estén de nuevo totalmente levantadas?. ¿En serio era necesario volver a poner en obras la Puerta del Sol, cuando no hace ni 10 años que se hizo nueva?. ¿Por qué medio Madrid está con obras innecesarias y costosas que no se necesitaban?. Adoquines ornamentales que se pusieron por Montera y calles cercanas, ahora se retiran y se cambian por asfalto. ¿Es más bonito el asfalto?. ¿Alguien entiende algo?. Nos quejábamos del gasto de Carmena en cambiar el color de los semáforos y nos encontramos ahora con cosas aún peores…
7. Transporte. Y este es un tema especialmente sensible para las personas mayores y para los ciudadanos que viven en barrios donde NO HAY METRO. Porque el Metro no ha llegado a todo Madrid. Hay zonas del Distrito de Arganzuela, donde la estación más cercana está a 25 minutos andando. Pues bien, esa circunstancia no es impedimento para que el Ayuntamiento del señor Almeida promueva eventos deportivos mensualmente, dejando esos barrios sin autobuses de la EMT y por tanto INCOMUNICADOS. Que eso perjudique a sus vecinos, a los discapacitados y a los ancianos, al señor Almeida le importa un pito. Lo mismo que le importa un pito que con sus peatonalizaciones de buena parte de la Ciudad, se quiten paradas de autobús y se lleven un kilómetro y medio más allá. ¿Los viejos o discapacitados?, que se fastidien. ¿No, señor Almeida?. Y luego se le llena la boca hablando de «nuestros mayores a los que tanto debemos»…
En resumen, asistimos a una de las peores gestiones de esta Ciudad que se recuerdan. Desidia, abusos, incompetencias, persecuciones ciudadanas y mentiras, son las señas de identidad de esa gestión lamentable y nefasta perpetrada por José Luís Martínez Almeida, todo su equipo de chpatintas y el Partido Popular de Madrid.
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