Genocidio

2 de Mayo. Por Madrid. Por Castilla
32 años después de traicionar al pueblo castellano y en particular al pueblo de Madrid, asistimos de nuevo a la representación teatral del Día de la Comunidad de Madrid. Basado ni más ni menos que en el levantamiento popular del 2 de Mayo contra las tropas de ocupación francesas. Un alzamiento de carácter nacional. Ni regional ni nada similar.
Así han funcionado las cosas en la Provincia de Madrid desde que en 1981 se inciara un proceso por parte de la casta política para desmembrar y anular a Castilla, siguiendo las directrices emitidas desde CiU y PNV, acatadas por UCD (PP), PSOE y PCE (IU). Los procesos autonómicos de las comunidades castellanas son unos de los puntos más oscuros de toda la Transición. Y lo son, no solamente porque se hicieron casi en secreto y de espaldas a los castellanos, sino porque los mismos ni tan si quiera fueron refrendados por la ciudadanía. Y así se hizo en Madrid. Excluida a la fuerza por los partidos «democráticos» que habían negociado las bases del nuevo régimen con los antiguos franquistas. Exclusión que supuso la marginación política y la anulación económica de toda Castilla, al quedar privada la misma de su provincia más rica e industrializada. Y todo un pelotazo para el Estado, del que actualmente obtiene para sus arcas 66.000 millones de euros, que no van a parar ni a los castellanos del Norte ni del Sur de Castilla.
Eso sí, a cambio los madrileños hemos tenido el extraño privilegio de dotarnos de una Asamblea propia para una sola provincia, de la cual comen 129 diputados regionales, con sus respectivos asesores y consejeros. Un pesebre de lujo para una clase política cada vez más voraz y más alejada de las necesidades de los ciudadanos de Madrid.
Pero la cosa no termina aquí. Es que cuando uno se lee la Constitución Española, se encuentra con varias sorpresas. Por un lado, la misma divide a los españoles en dos clases. Los que pertenecen a las llamadas «nacionalidades históricas» (Cataluña, País Vasco y Galicia) y los que pertenecen a las «regiones» (de segunda clase. Castilla y demás). También ofrece el derecho a constituirse en autonomías, aquellas PROVINCIAS que compartan historia y cultura comunes. Recalco lo de el derecho, que no obligación. Y sinceramente, no hay que ser muy avispado para darse cuenta de que autonomías como La Rioja, Madrid, Cantabria, Castilla y «León» y Castilla La Mancha, se hicieron vulnerando totalmente el espíritu constitucional. A mi entender en flagrante prevaricación. (*)
Ante este lamentable espectáculo, los castellanos no podemos permanecer de brazos cruzados. El Castellanismo debería haber dado una respuesta contundente hace tiempo, pero no ha sido así. Nos hemos quedado en el lamento y en poner una vela a Dios y otra al Diablo. Por un lado diciendo que queremos unir Castilla y por otro acatando sin críticas el actual mapa autonómico que nos perjudica como pueblo y como identidad diferenciada dentro de España. No podemos quedarnos en reclamar tímidamente más colaboración entre comunidades autónomas castellanas, cuando hasta nuestra cultura propia está siendo barrida desde esas instituciones impuestas y se tolera el hundimiento económico y demográfico de las mismas.
Dice nuestro Refranero que «el que no llora, no mama». Y para mamar hay que dar un puñetazo en la mesa de vez en cuando. Un puñetazo en la mesa denunciando ante la ciudadanía como se gestaron los procesos autonómicos en Castilla. Un puñetazo diciendo quienes se beneficiaron de la división castellana y como ha afectado esto al devenir de toda España. Un puñetazo afirmando nuestro deseo inalienable a ser reconocidos dentro de España como pueblo singular y diferenciado. Un puñetazo en definitiva, que deje muy clara nuestra intención de reclamar el derecho a regirnos por instituciones emanadas del pueblo castellano, refrendadas por el pueblo castellano y que culminen con la proclamación de la Comunidad Autónoma de Castilla. Sin apellidos, sin aditivos y genuinamente nuestra.
Y que no nos pongan de excusa la Constitución de 1978, aquellos que se han dedicado precisamente a vulnerarla durante 32 años. 32 años de mentiras, 32 años de lavado de cerebro al pueblo castellano y 32 años de vivir a costa de los castellanos. Autonomías como Madrid no tienen razón de ser. Nuestra Historia, Cultura e identidad son inequívocamente castellanas, por mucho que esta Villa y Provincia se hayan nutrido con ciudadanos de otras partes de España y del mundo. Barcelona es cosmopolita y nadie le niega su catalanidad. Hablamos Castellano, pensamos en Castellano, amamos a Madrid en Castellano. No hay ni un solo argumento de peso para que Madrid viva de espaldas al resto de Castilla. Y si lo hay, es el que conviene solamente a los políticos que hace 32 años traicionaron a Madrid y al resto de Castilla.
(*) CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978. Artículo 143:
«En el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2 de la Constitución, las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas con arreglo a lo previsto en este Título y en los respectivos Estatutos.»
2 de Mayo 2013: Madrid es Castilla.
– Contra una autonomía inventada por la casta política de este régimen (PP, PSOE, IU, UPyD) para destruir Castilla y silenciar la voz del pueblo castellano.
– Contra una autonomía impuesta en 1983 por un dictamen del Congreso de los Diputados.
– Contra una autonomía antidemocrática, cuyo Estatuto jamás ha sido refrendado por el pueblo madrileño.
– Contra una autonomía anticonstitucional que atenta contra el artículo 143 de la vigente Constitución Española.
– Contra una autonomía que no ha calado en el pueblo de Madrid.
– Contra una autonomía que engaña en sus libros de texto a los niños de Madrid, omitiendo su identidad castellana.
– Contra una autonomía artificial que se dotó de una Asamblea regional artificial, cuyo único fin de que sus integrantes vivieran a costa de todos los madrileños.
– Contra una autonomía que niega a los madrileños su Cultura castellana, mientras subvenciona muestras de culturas foráneas como el Flamenco, a fin de transformar esta provincia castellana en un territorio andaluz más.
– Contra una autonomía que da la espalda de manera vergonzosa a todos esos municipios de la provincia que también eran y son castellanos.
– Contra una autonomía que solo sirve para crear duplicidades entre administraciones.
– Contra una autonomía que da al Estado 66.000 millones de euros, recibiendo a cambio sólo 14.000 millones del mismo, sin que ningún responsable político haya presentado jamás una queja firme, formal y directa contra el Gobierno Español por el trato colonial que recibimos.
– Contra una autonomía, en resumen, que solo ha servido para lobotomizar a los madrileños, dividir y empobrecer aun más a Castilla y servirla atada de pies y manos ante los nacionalistas centrales y periféricos para saquearla y usarla como moneda de cambio en nombre de la unidad de España.
CONTRA UNOS Y OTROS
CONTRA TODOS
¡MADRID ES CASTILLA!
23 de Abril 2013: Castilla sigue pagando.
Vivimos en un país cuyo régimen político lleva 36 años robando el dinero de los ciudadanos a manos llenas. Bien es cierto que hasta el comienzo de la crisis a finales del 2007 a nadie le importó demasiado. Habiendo dinero para consumir, todo daba igual. Tampoco les importaba a los castellanos. Y eso que llevan todo estos años siendo el equipo perdedor en esta Liga amañada por árbitros catalanes y vascos, cuyo colegio es presidido por el árbitro mayor, el Estado Español. Mientras las comunidades castellanas se hunden económica y demográficamente. Mientras a los madrileños se les miente desde sus instituciones autonómicas, se les dice que no son castellanos, que no tienen identidad y de paso se les roba 1000 millones de euros. Mientras a Castilla La Mancha queda esquilmada en sus recursos económicos, naturales y en sus derechos sociales, cuando su presidenta acumula 3 cargos políticos con sus respectivos sueldos. Mientras la Junta de “Castilla y León” vende una Historia sesgada y manipulada a una región tan artificial como anciana, en trance de desaparición y permitiendo que su territorio sea objeto de subasta por parte del nacionalismo vasco. Mientras se dice a los castellanos de Cantabria que no lo son y se les oculta que su región es económicamente inviable y que depende totalmente del Estado para su financiación. Y mientras los Riojanos viven bajo la sombra del nacionalismo vasco y de espaldas a su historia y cultura castellanas. Mientras todo esto pasa en Castilla, los castellanos siguen en estado de coma y pensando y obrando, no en Castellano sino en español. No creo que haya otro ejemplo mayor de indolencia e ignorancia en toda Europa.
Estamos cerca del 23 de Abril, Día Nacional de Castilla, a falta de otra fecha mejor y fiesta regional de la autonomía de “Castilla y León”. Los partidos de esa región falsa e impuesta por el Congreso de los Diputados en 1983, han decidido no hacer un manifiesto como en años anteriores. Consideran que es innecesario, puesto que la región está consolidada. Una de las señas de identidad de esa región es la llamada Guerra de las Comunidades de Castilla. Una guerra iniciada en 1520 en Toledo y finalizada al año siguiente en esa misma ciudad castellana. Una guerra capitaneada por un hombre de Toledo, Juan de Padilla y tras su muerte liderada por su esposa, María Pacheco, toledana de adopción también. No deja de ser curioso que una región que dice ser histórica, hunda sus fundamentos esenciales ni más ni menos que en una ciudad ajena a ese territorio, Toledo, mientras por otro lado pisotea los derechos de los leoneses. Pero da lo mismo. A los castellanos del Norte, cuyas vidas transcurren de espaldas a sus paisanos del Sur y atrapados en ferias de abril y rocieras importadas de Andalucía, parece importarles poco. Lo mismo sucede al Sur de Guadarrama.
Imagino que ante este espectáculo los huesos de María Pacheco y de su marido deben estar retorciéndose de dolor y de rabia. Es el precio que los héroes pagan en una tierra cuyos habitantes tienen escasa memoria para los actos de valor. Por esa falta de memoria ni Padilla ni María Pacheco tienen aún monumento alguno en Toledo. Por esa falta de memoria, Juan de Zapata no goza de una miserable calle que le recuerde en Madrid. Por esa falta de memoria y de amor por la tierra propia, los castellanos se extinguen como cultura diferenciada de Europa en el marasmo de la multiculturalidad globalista y capitalista. Y en su abulia, no solo pierden su identidad. Adoptan también la insana costumbre de dejarse saquear a manos llenas por un Estado al que creen propio, cuando ese ente se ha mostrado siempre como una losa para Castilla, bajo monarquías, repúblicas y gobiernos de derecha e izquierda. De toda esta lamentable situación no solo son cómplices unos castellanos ignorantes. Lo son sus instituciones y sus partidos políticos. Algunos de los cuales no dudarán en pasear su traición por las tierras de Villalar de los Comuneros, envueltos en banderas españolas bicolores o tricolores. Tierras donde aquellos patriotas castellanos acudieron en su día, bajo un estricto código de honor, a luchar y morir por su tierra.
Ojalá ese honor rebrote algún día. Ojalá las amapolas comuneras se abran paso de nuevo entre cardos con olor a orines, charcos de aceite y de cerveza, puestos de gilipollería de mercadillo y entre la mediocridad de una fiesta que es ya de todo, menos comunera y castellana.
“Desde entonces ya Castilla no se ha vuelto a levantar. En manos de rey bastardo o de regente falaz. Siempre añorando una Junta o esperando un Capitán…”
(Poema Los Comuneros, Luís L. Álvarez)
El PP y el Gobierno apuñalan a Castilla por la espalda
¿Alguien era tan bobo como para creerse que Mariano Rajoy no iba a ceder ante la presión de los fenicios?. Pues parece que algunos sí. El Partido Popular de Cataluña ha presentado su propia propuesta de Pacto Fiscal, en la misma línea que pedía Artur Mas. Pasen y vean:
1. El PPC pide al Estado que incremente el número de impuestos cedidos a la región, así como la participación de Cataluña en la cesta de impuestos estatales.
2. También propone establecer fórmulas de colaboración entre laAgencia Tributaria de Cataluña (Hacienda propia) y la Agencia Estatal de la Administración Tributaria para la gestión, recaudación, liquidación e inspección de la totalidad de los impuestos propios, cedidos y transferidos.
3. Respetar el principio de «ordinalidad» para «garantizar el mantenimiento de la posición catalana respecto a su propia renta per cápita después de aplicar los mecanismo de nivelación». De este modo, se pretende que la aportación de recursos por parte de Cataluña al resto de regiones mediante la LOFCA no reduzca, en ningún caso, la renta per cápita de los catalanes, limitando así la denominada solidaridad interterritorial.
4. Asimismo, aunque propone garantizar el principio de solidaridad, la propuesta incorpora importantes matices, como el hecho de que las aportaciones catalanas al resto de regiones deban ser de carácter «finalista para no perjudicar la capacidad de crecer y competir de la economía catalana». De este modo, también se limitarían las transferencias catalanas ya que, en esencia, se dejaría de aportar dinero a aquellas CCAA que no alcancen ciertos niveles de crecimiento o reducción del paro. El carácter finalista sería similar al que aplica por ejemplo la UE en el reparto de fondos estructuralesentre países miembro.
Noticia completa en http://www.libremercado.com/2013-01-16/el-pp-de-cataluna-cede-y-ofrece-a-artur-mas-una-financiacion-singular-1276479494/
En resumidas cuentas, que pase lo que pase en el resto de España, Cataluña va a tener asegurado que su PIB y la renta per cápita de sus habitantes o simplemente «me quedo con lo mío y con parte de lo tuyo». Más de lo mismo. Más cesiones y más sangrar a todos los castellanos y al resto de ciudadanos españoles para que la burguesía catalana no se sienta incómoda dentro de España y siga actuando como la burguesía vasca, o sea como dos sanguijuelas. Adivinad de que comunidad autónoma artificial va a salir el dinero para pagar esos privilegios. Pues del mismo sitio de donde sale el otro soborno; el que se da a Euskadi. De la artificial, ridícula y grotesca Comunidad de Madrid, que como bien sabéis es la provincia castellana más desarrollada y el motor de toda Castilla. Imagino que ya vais entendiendo porqué nos separaron de Castilla en 1983, ¿no?.
Y en esta tesitura ¿que podemos hacer los castellanos?. Pues de momento denunciarlo y airearlo y luego ir pensando en movilizarnos. El castellanismo tiene que levantar la voz y no solo estar pendiente de los pequeños temas locales o de solidarizarse con Cuba o Venezuela. Porque no es fácil encontrar esta noticia en los medios de comunicación y el pueblo castellano no se está enterando de nada. No interesa que los castellanos se den cuenta de que son los tontos del barrio y de que el Estado les roba para hacer ricos a otros. De que mientras agitan la bandera española cuando gana la Roja, les meten la mano en el bolsillo una pandilla de ladrones liderada por el propio Estado. Si a pesar de esto los castellanitos seguimos en la abulia y en la estupidez más absolutas, mereceremos el trato que nos están dando. Porque somos nosotros los que tenemos que empezar a sentirnos muy incómodos dentro de un Estado que nos trata como a ciudadanos de tercera, que no nos deja ni alzar la voz y que nos niega como pueblo e identidad singular dentro de España. Personalmente cada vez me da más asco este estado liberal. Siempre he dicho que la España nacida en 1812 se hizo sobre las ruinas de Castilla y a los hechos me remito. Sinceramente, mucho asco.
¡CASTILLA DESPIERTA!
Si eres castellano no eres leonés…
Tampoco puedes ser a la vez gallego, catalán, vasco o andaluz. Las cosas son así de simples. Nadie puede tener dos identidades al mismo tiempo, salvo una persona con problemas psiquiátricos. No puedes ser Francisco y Ramón a la vez. Y aunque estas dos personas compartieran un mismo presidente en su comunidad de vecinos, Francisco y Ramón no se habrian fusionado en uno.
Si además miramos hacia abajo y vemos que hay castellanos en eso que se llama Castilla La Mancha y que los de Madrid lucen una bandera roja por ser parte de Castilla. Si la lengua de Castilla, el Castellano, nació a caballo entre Santander y Logroño, hemos de suponer que también son castellanos como los de Ávila o Soria. ¿Entonces porque dar la espalda a tus paisanos para abrazar a quienes no son castellanos ni se sienten como tales?. ¿Porqué seguir engañándote a tí mismo?. ¿Si mañana te dicen que eres armenio, también lo vas a aceptar?. Que no te vendan burras… ni leones.
Los castellanos no existimos para el Estado, aunque aparezca un castillo en el cuartel del escudo español. Y el Estado por tanto no ejerce ningún tipo de justicia hacia nosotros. Por eso lleva 500 años dejando que Castilla se muera, mientras otros territorios han progresado a nuestra costa. Da igual si hay República o Monarquía, derechas o izquierdas. Castilla siempre pierde todos los partidos porque no tiene afición ni campo propio y además es el árbitro el que le roba el balón para dárselo al otro equipo. El Estado necesita súbditos leales que no piensen ni sientan. Como mucho que sean españoles, paguen sus impuestos y poco más. Así aceptarán en silencio que les roben las inversiones, las materias primas, pueblos enteros, agua, monumentos y lo que haga falta. Es más, un pueblo sin identidad y sin raíces, dejará que le pongan todos los vertederos nucleares que el Estado demande. En cambio, otros que sí cultivan su identidad y están orgullosos de ella, siempre se fumarán el mejor habano cuya colilla apagarán en la Meseta Central.
Si no defiendes tu identidad, otros te impondrán la suya (la «castellano-leonesa» o la «andaluzo-portuguesa» si hace falta). Si no defiendes tu tierra, otros se la quedarán. Y si aceptas que tu tierra siga dividida por quienes nunca han amado a Castilla, serás peor que ellos. No puede servirse a dos amos. Quien apoya a las actuales autonomías castellanas, está apoyando la división y la muerte de Castilla, aunque se ponga un pin de un castillo en la solapa. Ya es hora de sacar a Castilla de la siesta y que aprendamos a saber dar un puñetazo en la mesa. A nosotros no nos va a rescatar nadie porque a nadie importamos. Y juntos podemos.
Recuperemos Castilla. La nuestra. La de siempre. Sin leones ni apellidos. La de los hombres libres. La del orgullo. La de tus antepasados.
Es hora de hacer país. Es la hora de CASTILLA
Repensando en Castilla.
Dice Rajoy que se está repensando “la estructura de los poderes públicos”. Ha explicado que «será preciso arbitrar fórmulas más eficientes de coordinación y reparto de competencias, de eliminación de duplicidades innecesarias, de solapamientos indeseables; con supresión incluso», ha dicho, «de entidades y organismos que no resistan una prueba objetiva de utilidad o cuyo coste resulte desproporcionado para los ciudadanos». Si esto lo hubiera dicho otro político, por ejemplo uno honesto y leal, yo hubiera saltado de alegría. Porque esas palabras significarían no solo la desaparición del Senado o la Monarquía, sino de todas las comunidades autónomas castellanas para unirse en una sola. Pero recalco, son palabras de Rajoy y además las ha dicho en el Consejo de Estado, que es un organismo tan inútil como el propio Senado. Por tanto ya sabemos lo que viene, teniendo en cuenta dos cosas: al PP le importa un carajo Castilla y está como loco por pactar este “repensamiento” con el PSOE, partido anti-castellano por antonomasia. Y si no, mirad quien estuvo más activo que nadie en la Transición pidiendo romper Castilla. Sí, el mismo Partido Socialista que luego es catalanista en Cataluña y nacionalista en el País Vasco o en Andalucía, en Castilla es anti-castellano.
El pasado año escribí que esto se iba a venir abajo. Que el modelo autonómico era insoportable y que desde la UE nos iban a ordenar cambiar las cosas. También dije que Castilla no podía permitirse el lujo de perder este último tren. A los hechos me remito. Mariano quiere repensar pero no quiere tocar el mapa. Piensa vaciar de contenido a todas las comunidades castellanas, pero ni por asomo piensa en unificarlas. En Castellano, que si antes éramos ciudadanos de segunda frente a vascos, navarros, andaluces o catalanes; ahora lo seremos de tercera regional. ¿Alguien era tan tonto como para creer que nuestra casta política iba a renunciar a sus poltronas en los parlamentillos autonómicos?. ¿Algún memo pensaba que el Estado iba a renunciar al bocado de los 65.000 millones de euros que le proporciona la Comunidad de Madrid?. ¿Algún descerebrado albergaba en su mente que el PNV y CiU se iban a solidarizar con una Castilla de la que sacan pasta de sus mercadeos, subvenciones y un trato de primera para sus propios territorios?. Como diría un castizo, “ni de coña”. Nos van a pasar por encima como hace 500 años, como una apisonadora. Y ante este panorama muy poco hay que oponer. El Castellanismo político es residual y sigue a lo suyo. Unos buscando fachas bajo las piedras para dar sentido a sus vidas, otros encerrados en sus sedes celebrando diferentes onomásticas moradas (1230, 1521, 1869…) y sin dejar paso a los pocos jóvenes que les quedan. Y luego están esos “aguerridos castellanistas” supercomuneros y superforeros” de Internet que debaten con gran interés si Castilla deber ser independiente o no, si nos trataron mejor o peor en la Transición, si este año se vende o no la camiseta de la selección castellana en Villalar o si el pueblo de la tía Josefina es castellano o portugués. Aguerridos comuneros que desaparecen de la faz de la Tierra en cuanto apagas tu pc. En resumen, el Castellanismo es marginal, en su mayor parte virtual y lo que queda del castellanismo militante vive casi totalmente fuera de la realidad castellana.
He intentado usar un tono desenfadado para no perderme demasiado en la dramatización, pero la verdad es que la cosa es muy seria. Tan seria como que nos enfrentamos a la definitiva desaparición de Castilla como territorio, identidad, región, ente o como lo que queráis. Somos las últimas generaciones del castellanismo. Tras nosotros no hay nada más. Lo que viene es la barbarie, me decía un amigo hace unas semanas. Y esa barbarie va a comenzar en unas masas miserables e ignorantes que no van a tener identidad y que pasarán por encima de los que queramos defender la nuestra. Masas adoctrinadas y dirigidas desde la sombra por la Globalización, cuyos representantes más cercanos están hoy en el PP, en el PSOE y en las cloacas del Estado. Masas que afirman ser ciudadanos del mundo o de la galaxia y para las que Castilla es poco menos que un reino imperialista y extinto. O nos ponemos las pilas o en breve nos veremos todos los castellanos en los museos de Arqueología.