Así lo veo y así lo cuento
Puedo comprender que muchos españoles estén hartos del bombardeo mediático que hay con Madrid. Entre Ayuso, la «Plandemia» y Filomena. Pero imaginen también vuestras mercedes lo cansado que estamos los madrileños de tener permanentemente una lupa inquisitorial encima. Una lupa mediática fomentada, dirigida y sostenida desde el gobierno central. Porque al margen de las simpatías políticas de cada cual, hace falta ser verdaderamente estúpido para no darse cuenta de que Madrid es el objetivo de este gobierno ilegítimo que tenemos. Y es el objetivo ya desde tiempos de Zapatero, cuando el PSOE y toda su secta se dio cuenta de que jamás volvería a gobernar en esta autonomía que ellos ayudaron a inventar. Objetivo además del separatismo periférico, que no puede tolerar que una autonomía castellana marche económicamente mejor que ellos. Y ahora mismo este gobierno y el separatismo van de la mano y comparten esa meta a conseguir. Hundir Madrid, que en definitiva es hundir lo que queda de Castilla.
Respecto a la «Plandemia», hay que decir que Ayuso lo ha hecho mal. Básicamente porque tuvieron todo el verano del 2020 para hacer algo y se cruzaron de brazos. Ni contrataciones, ni reapertura de los centros de salud, ni preparación alguna para lo que podía venir en Otoño. Más tarde se empecinaron en la construcción de un nuevo hospital, que en mi opinión era innecesario. Porque lo que hacía falta era personal. Pero no simplemente contratarlo. Más bien auditarlo. Ver cuantos profesionales hay en la Sanidad de Madrid, Cuántos siguen haciendo teletrabajo, sin atender a sus pacientes y cuantos liberados sindicales figuran como trabajadores, cuando se han negado a incorporarse a sus puestos en plena emergencia sanitaria. Y una vez los datos en la mesa, ponerle remedio.
Lo dicho, Ayuso no lo ha hecho bien. Pero Pedro Sánchez no lo podía hacer peor. Ha sido su gobierno el responsable de la masacre de ancianos en las residencias. Ha sido su gobierno el que ha mentido a todos los ciudadanos con ese comité de expertos inexistente. Ha sido su gobierno el que ha mantenido y mantiene a un incompetente, inepto y criminal Fernando Simón al frente de todo este tinglado siniestro. Ha sido su gobierno el que ha ocultado las cifras totales de muertos, que hoy rondan los 80.000 fallecidos. Colocando a España como el segundo país con la mayor tasa de mortalidad por habitantes por el Coronovirus en el contexto mundial. Ha sido su gobierno el que ha presionado y sobornado a los medios de comunicación para que no mostraran los ataúdes, mientras hacían lo contrario con otros países como Estados Unidos o Brasil. Y ha sido su gobierno el que ha alentado manifestaciones frente al Hospital Isabel Zendal, donde hay médicos y enfermeras trabajando y muchos enfermos de la Covid19 intentando curarse. Algo que me parece repugnante y que vuelve a poner sobre la mesa la catadura moral del actual Presidente del Gobierno. Un hombre sin principios, sin moral y cuya intención es mantenerse en el poder a toda costa para cumplir la labor encomendada por su protector. El delincuente y especulador financiero, George Soros.
Pero sería injusto por mi parte no extender esa crítica a toda la clase política española. Desde el PSOE al PP. Y desde Vox a Bildu, Todos en mayor o menor medida, son cómplices de la actual situación de España. Todos se afanan en mantener un régimen que hace aguas. Un estado autonómico criminal, que nos ha costado miles de vidas, al no permitir que la sanidad de unos ayude a la de los otros. Una casta política que en general, está dispuesta a sacrificar a todo el país si con ello salvan sus privilegios, sus corruptelas, su podrido estilo de vida y sus pesebres.
Hoy más que nunca la mal llamada democracia española, se ha rebelado como una dictadura partitocrática, donde los ciudadanos se hunde en la miseria, rodeados de toneladas propaganda, demagogia y de repugnante palabrería liberal. Que Dios nos ayude y nos libre de ellos.
El pesebre nacional
CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA
TÍTULO VIII
De la organización territorial del Estado
CAPÍTULO PRIMERO
PRINCIPIOS GENERALES
Artículo 137
El Estado se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas que se constituyan. Todas estas entidades gozan de autonomía para la gestión de sus respectivos intereses.
Artículo 138
1. El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad, consagrado en el artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo, entre las diversas partes del territorio español, y atendiendo en particular a las circunstancias del hecho insular.
2. Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales.
«Nos reímos de vosotros y en vuestra cara». «Estamos dispuestos, si hace falta, a dejaros sin pensiones, sin sanidad y sin educación para poder seguir adelante con este estado autonómico del que comemos y que está quebrado». Éste parece ser el mensaje de la casta al pueblo español tras la celebración de ese tinglado denominado Conferencia de Presidentes Autonómicos. Un encuentro inventado en su día por un presidente cretino (Zapatero) y continuado ahora por otro cretino (Rajoy). Todo ello edulcorado por todo ese grupo de medios de comunicación dependientes de la oligarquía financiera española, que es en definitiva el verdadero gobierno de España. Porque hay que dar a la población la sensación de que todo va bien y viento en popa, a pesar de que le país tiene una deuda que supera el 100% del PIB. España va bien o desde luego va bien, entre otros para los de la foto de arriba.
Esos medios han destacado que detrás del paripé ha habido quejas. Y es que nuestros presidentes autonómicos quieren más dinero. O sea, quieren seguir con lo mismo que en décadas anteriores. Vamos, gastar muy por encima de lo que ingresan como entes autonómicos. Y que los consiguientes números rojos en sus cuentas, los tape el Estado. O sea, nosotros, los ciudadanos, que somos los que pagamos los impuestos.
Según cifras del 2015, mantener las 17 autonomías viene a costar a los españoles unos 88.000 millones de euros al año. Solo con la mitad de este coste, daría para mejorar sustancialmente todo el entramado de derechos sociales que constituyen básicamente el llamado estado del bienestar. Además serviría para atender con urgencia uno de los mayores problemas que tenemos en España, que no es otro que la baja natalidad y que se traduce luego en un envejecimiento enorme de la población y por ahí llegamos también a la crisis del sistema de pensiones y a la sostenibilidad de la sanidad. Pues bien, de nada de esto se ha tratado en esa conferencia superguay que nos ha vendido el Gobierno de España.
Pero aún ha habido otro dato peor si cabe. La ausencia, a modo de provocación, del gobierno vasco y del catalán. Todo ello justificado con lo de que ellos son otra cosa, tienen un trato bilateral con el Estado y que por tanto están a lo suyo. Ellos son naciones y no regiones de España. Traducido al Castellano, «nosotros no nos juntamos con parias regionales», «somos los intocables». Los ricos no se juntan con los pobres, aunque sin la contribución de esos «pobres» los pensionistas vascos y catalanes no cobrarían mensualmente su paga. Ante ello, la respuesta del gobierno central no se ha hecho esperar. No va a haber tratos de favor ni privilegios para nadie. Y para demostrarlo la Vicepresidenta del Gobierno se ha abierto un despacho en Barcelona. No sabemos si pronto hará lo mismo en Vitoria. Pero recordemos que este mismo gobierno multó a Extremadura el pasado año por incumplir el techo de gasto, mientras ha seguido dando dinero a una autonomía como la catalana, que hace lo mismo, con la diferencia de que su deuda con el Estado es de 70.000 millones de euros y que ella solita se come la mitad del Fondo de Liquidez Autonómica. La otra mitad se la comen los socialistas en sus cortijo andaluz.
Como vemos esto no es un tema de catalanes y vascos. Esto es un tema de actitud de un Estado que se niega a tratar a todos los ciudadanos con igualdad como marca la Carta Magna. Y las pruebas son aplastantes. Este es el problema de un Estado y una casta política empeñados en seguir adelante con una España autonómica inviable. Sostenella y no enmendalla. Ignorando el horizonte de bancarrota que se cierne sobre todo el país. Intentando como sea salvar unas autonomías construidas de espaldas a los pueblos de España, a sus tradiciones y a sus identidades. Haciendo ver que necesitamos mantener como sea entes autonómicos inventados como la Comunidad de Madrid, Cantabria o La Rioja. Pasando por encima de los derechos de pueblos borrados del mapa como el pueblo leonés. Y troceando otros que siempre fueron uno, como es el caso de Castilla. Y todo ello, como digo, para seguir manteniendo contentos a la burguesía vasca y catalana, asegurándole por otro lado un jugoso pesebre a la casta política española. Porque eso y no otra cosa son las actuales autonomías. Lugares donde la casta política come de los impuestos de los ciudadanos. Y todo ello en un momento de crisis, donde se ponen en cuestión derechos básicos de los ciudadanos, pero no se cuestionan las autonomías, su número, sus competencias y sus duplicidades con el estado central.
¿Reacciones ante todo esto de Podemos o Ciudadanos?. Ninguna. Simplemente aspiran a su trozo del pastel, como hace el PP, el PSOE o IU. Por eso no van a pedir una reducción de la tarta, aunque eso suponga una sangría al pueblo que la elabora. Es el gran pacto de silencio. Eso que no se toca y de lo que no se habla. Les va el sueldo en ello. Pero para los ciudadanos es una cuestión de emergencia nacional. Particularmente para los castellanos y los leoneses, obligados desde hace más de 35 años a acatar y pagar unas autonomías que nunca demandaron, nunca sintieron, nunca votaron y que les fueron impuestas para el único y simple beneficio de la casta política española.
LA CASTA
Hace tiempo que no tengo demasiadas ganas de escribir de política. El ambiente es tenso e irrespirable. Fantasmas de nuestro peor pasado han vuelto a sobrevolar los cielos de España. Espectros de ese sectarismo que hace 80 años (se dice pronto) llevaron a este país a matarse hermanos contra hermanos, amigos contra amigos y familias contra familias. Es muy triste el espectáculo que nuestra casta política ha dado estos días dentro y fuera del Congreso de los Diputados.
Al margen de estas discusiones banales se encuentran 5 millones de personas sin trabajo. Miles de familias que sobreviven con menos de 400 euros mensuales. Miles de ciudadanos que viven bajo el miedo a que el banco les quite la casa. Millones de españoles trabajando duro muchas horas al día por un sueldo de miseria. ¿Y esto le importa algo a todos esos diputados del Congreso parapetados en sus trincheras de derecha e izquierda?. No. No les importa un carajo. Tampoco les importa cual va a ser el modelo productivo de este país para poder integrar en el mundo laboral a esos millones de desempleados. No les importa que sigamos viviendo muy por encima de nuestras posibilidades. Esto es, un estado mastodóntico, donde existen 19 administraciones autonómicas que no podemos pagar, con todas las duplicidades habidas y por haber y con una cohorte de chupatintas que viven de ellas osea de nosotros. Aquel estado autonómico que se hizo para «acercar la administración al ciudadano», se ha convertido hoy en la mayor amenaza para el progreso y el futuro del pueblo español. Tampoco les importa que la banca y el Ibex 35 sigan siendo el gobierno en la sombra y por ello no piensan tocarles un pelo, por mucho que ahora agiten los brazos y peguen alaridos. Y ni mucho menos les importa un hecho que nunca se cuenta al ciudadano y es la tozuda realidad de que el estado español es hoy una colonia sumisa de la Comisión Europea. No somos soberanos. Otros deciden nuestro futuro fuera de España. Y el enemigo no está en Madrid, sino en Bruselas, en la sede del BCE y en las entrañas del FMI.
¿Que es entonces lo que de verdad le importa a la casta?. El hoy por hoy. El cortoplacismo. El «esto ya y los que lleguen en el futuro que se las apañen como puedan». El «dame privilegios que soy igual que tú, pero los merezco porque mi lengua es minoritaria». «Dame ministerios y sobre todo quiero lo mío y parte de lo tuyo». Seguimos como hace 15 malditos años o más. La novedad es que los que entonces denunciaban a la casta, han pasado a formar parte de ella y además con entusiasmo. Euforia que manifiestan con gestos ensayados de cara a la galería para parecer lo que en realidad no son. No basta con pedir un cambio de régimen, un estado federal o un estado republicano, si eso se va a reducir a que los políticos lleven coleta y agiten la bandera de la II República. No. Cuéntenos que estados federados van a formar esa federación y como se van a reducir esas administraciones autonómicas impagables. Porque si vamos a cambiar simplemente el color de la fachada del edificio sin tocar todo lo demás, no cuenten conmigo. Si me van a justificar los privilegios de algunos en base a sus fueros medievales, yo les pondré los fueros de Castilla encima de la mesa. Y si vamos a hablar de pueblos oprimidos, ignorados, troceados y saqueados «por interés nacional», yo les hablaré del pueblo castellano y de como lleva siglos pagando el precio de la unidad de España. Si esto va a consistir en seguir regalando a la periferia a costa de la Meseta, pues miren, ni barbas, ni coletas, ni puños en alto, ni pulseras rojigualdas, ni chapitas naranjas, ni leches fritas. NO.
Mucho se habla de si España puede ser Venezuela o Cuba. Si nos van a requisar el papel higiénico o vamos a comer de lata. A mí eso no me da miedo. Yo miro mucho más cerca. A mí me da miedo que me hablen otra vez del ladrillo y del turismo como modelo productivo. A mí me da miedo que gobierne quien gobierne, le de una colleja a Bruselas. Me da miedo que se pongan chulos, poniendo de escudo la cara del ciudadano, como suelen hacer. Me dan miedo los traidores, los vendepatrias y los demagogos. Porque luego esas collejas volverán de vuelta y las recibirá la clase media española, los parados y los pensionistas. Me da miedo un horizonte como el que hoy padecen los trabajadores en Grecia bajo el gobierno de Syriza. Un gobierno que ha aplicado a la clase obrera griega recortes sociales más duros que la propia derecha. Me da miedo que cada vez seamos menos libres y que terminemos por no sentir los barrotes de nuestra celda de tanto apretarlos. Y me da miedo que un pueblo al que tanto se le ha mentido y manipulado, vuelva a manifestar sus inquietudes en las urnas. Y no es que yo tenga miedo a la libre expresión del pueblo. Es que ya hemos visto lo que es la clase política actual y la anterior. Algo que no llegó caído del cielo, sino que fue y es el producto de una sociedad española ignorante, desquiciada, incapaz ya de diferenciar lo blanco de lo negro. Una sociedad dividida, individualista hasta el tuétano, que ha interiorizado como ninguna otra, el odio hacia sí misma. Que vive inconsciente de que un pueblo que reniega de sus señas de identidad, está condenado a la extinción. Y que eso es precisamente lo que buscan los neo-liberales de Bruselas, de la banca, del FMI y del Ibex 35. Esclavos sin identidad.
«El pueblo se equivoca casi siempre» (Julio Anguita)
Felicidades a Tokio.
Eso de entrada. Y luego mi «pésame» a todos esos que iban a sacar beneficios de las Olimpiadas de Madrid 2020. Me refiero a toda la oligarquía española formada por la banca, la patronal y la clase política más corrupta de toda Europa. Tenemos una España inviable, con 17 administraciones autonómicas, la mayor parte de ellas tan impuestas por la casta política del Régimen del 78 como innecesarias. La Comunidad de Madrid es un claro ejemplo de ello. La única provincia castellana desarrollada, fue separada de una Castilla moribunda para evitar que la misma pudiera estar a la altura de otros territorios. Esta oligarquía lleva más de 30 años viviendo de un régimen antidemocrático y de la sistemática manipulación de la opinión pública a través de eso que llaman medios de comunicación. Durante los 30 últimos años, se han dedicado a liquidar la industria española, su agricultura y su pesca. Y han dejado el país únicamente dedicado al turismo y al ladrillo. Han dejado España sin posibilidades de progreso y además sin soberanía política y económica. Esta situación ha desembocado en la actual crisis que padecemos, cuyo mayor símbolo son más de 6 millones de ciudadanos sin trabajo. Toda esta pobreza y corrupción en la que la élite política y financiera han sumido a este país hubiese quedado tapada por esas olimpiadas que a Dios gracias, no se van a hacer en Madrid.
Se que muchos se habían tragado las mentiras de los beneficios que iban a traer los Juegos, como antes se tragaron todas sobre las que se ha construido el Régimen del 78. Levantarse es duro pero hay que hacerlo. Los gravísimos problemas que atravesamos no se curan con un botellón olímpico. Tampoco se solucionan instalando prostíbulos de lujo en Madrid para el disfrute de la élite. Vamos a empezar por unirnos todos para pedir responsabilidades penales a la oligarquía española, empezando por los dos grandes partidos nacionales que nos han llevado a esta situación. Vamos a pedirle cuentas a la familia que ostenta a perpetuidad la Jefatura del Estado heredada del Régimen Franquista. Y sobre todo a esos poderes financieros, encabezados por los dos grandes bancos y la patronal, que han convertido a la que fuera novena potencia económica mundial en un estercolero sin futuro.
Nadie nos va a regalar nada. Los castellanos lo sabemos bien. No va a llegar ningún mesías que nos saque las castañas del fuego. Eso solo lo esperan los esclavos. Vamos a levantar una verdadera España cuya máxima sea mejorar en todos los aspectos las enormes cualidades del pueblo español, empezando por su educación y su cultura, sin las cuales no es posible una sana democracia. Vamos a recuperar nuestra soberanía plantándonos ante la Comisión Europea y el FMI, para que sepan que España no asume las corruptelas y el latrocinio de sus banqueros y sus políticos. Vamos a echar a patadas a la partitocracia de este régimen, a todos. Vamos a darle el billete de ida sin vuelta a la peor dinastía que ha reinado en este país y que no es otra que la de los Borbones. Y vamos sobre todo a sacar de las mazmorras del olvido a esa patria encadenada, humillada y violada que se llama Castilla.
Los hechos son así de duros. No estamos para juegos ni para hundirnos moralmente como niños a los que se les ha negado un capricho. Es la hora de unirnos todos los ciudadanos, sin sectarismos, con sentido común y con responsabilidad para limpiar de escoria nuestra casa. La fiesta se ha terminado. La hora de las mentiras y de la manipulación al pueblo español no dan más de sí. Hay una frase de Abraham Lincoln que ilustra muy bien nuestra situación y reza así:
«Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.»
¿Quien necesita las Olimpiadas?. Madrid NO.
Las Olimpiadas van a crear miles y miles de puestos de trabajo… Las Olimpiadas van a sanear las cuentas públicas de Madrid. Las Olimpiadas… No, con las Olimpiadas y la fiesta, nos vamos a ir al guano señores.
¿Sabéis cual es el mejor negocio de la casta política?. Las obras públicas. ¿Por qué?. Pues porque de ahí sacan tajada en forma de comisiones. Por esa y no por otra razón quieren unas Olimpiadas en Madrid. Las de 1992 le vinieron muy bien a Barcelona, pero muy mal a España, cuyas arcas públicas quedaron vacías y el país entero quebrado entre los años 1994 a 1998. Eso sí, muchos políticos entre AVEs, Expos y demás, se pusieron las botas. Ahora quieren repetir el intento sin tener en cuenta que España tiene una deuda superior a los 3 Billones de euros, de los cuales 7.000 millones corresponden a la Villa de Madrid (herencia de la nefasta gestión del Sr. Gallardón).
Parece que la tontuna generalizada de buena parte de la población, que no se entera o no se quiere enterar de la gravedad de la situación (la deuda del Estado supera ya el 88,2% del PIB), tachan a los que nos oponemos a esta fiestorra de antimadrileños e incluso antiespañoles. Me da lo mismo. Está claro que cada uno puede opinar lo que quiera y que de 1 millón de ignorantes no se saca un hombre sabio.
Atenas perdió dinero, Pekín y Londres lo mismo y otras ciudades también. Esto no es opinable, es la realidad. Lo único que le falta a esta ciudad arruinada por la gestión del PP y del Sr. Gallardón (el mismo que le soltó a una de las empresas de Urdangarín 140.000 euros por su cara bonita y que está siendo actualmente investigado por la Justicia) es gastarse más dinero público, en un momento en que la casta política no hace más que recortar derechos sociales, el sueldo y subir los impuestos a los españoles. Pero por si alguien piensa que esto es un cuento mío, procedo a poner un enlace donde la abogada Lidia Falcón pone los puntos sobre las íes en este tema. De momento a mí y a muchos ciudadanos nos gustaría saber cuando dinero de los madrileños se gastó el Sr. Gallardón, actual ministro de Justicia, siendo Alcalde de Madrid, promocionando la candidatura del Madrid 2016. Quizá entonces algunos se replantearan su postura en favor de otra fiesta a los políticos que los ciudadanos no podemos ni debemos pagar. Hasta los brasileños se han dado cuenta de que va este tema… Pero aquí siempre somos más listos que nadie. Madrid no necesita Olimpiadas. Necesita políticos honrados, decentes y buenos gestores del dinero público. Y si quieren fiestas, que se las pague Rita…
http://blogs.publico.es/dominiopublico/6719/las-olimpiadas-del-despilfarro/
Hay que seguir parándoles los pies.
Quizá no puedas hacer huelga el día 14 porque temas por tu trabajo. O quizá no puedas hacerla porque ya te han bajado y congelado el sueldo y te han quitado además la paga de Navidad. Quizá estés sin trabajo y pienses que no sirve para nada hacer huelga. Pero lo que no sirve para nada es no hacer nada. Tenemos un gobierno que sigue mandatos extranjeros. No gobierna para el país. No gobierna para los ciudadanos. No les importa que cada día se hundan más empresas y más personas se queden sin trabajo. Y no les importa que en España tengamos ya más de 450.000 personas a las que los bancos les han echado de su casa. Este gobierno trabaja para ellos. Para la banca y el gran capital internacional. Para los ladrones que desencadenaron esta crisis y que siguen libres por Wall Street porque Bush, Obama o el que venga, no les va a tocar un pelo. Y esta basura se ha hecho rica con la desgracia de medio planeta. Pero este gobierno también trabaja para los bancos españoles y para todos los que se enriquecieron con la burbuja inmobiliaria. Solo les importa seguir en el poder, mantener sus privilegios de casta parasitaria (toda la clase política española lo es) y en definitiva vivir de un pueblo arruinado y de un país arrasado económicamente. Rajoy lo deja muy claro cada vez que ante la situación de desesperación de miles de españoles, él solo dice que su objetivo primordial es el… déficit.
Por eso te invito a que al menos salgas a la calle el día 14. Ellos tienen el poder. Pero nosotros somos más y la razón y la justicia están de nuestro lado.
Hay que seguir parándoles los pies. Por tu futuro, por el futuro de Castilla y el del resto del país. El día 14 coge tu bandera y toma la calle.