Castilla, ¿nación o región?.
En mi modesta opinión, Castilla, al igual que los demás reinos cristianos peninsulares, nace como reacción a la invasión del 711 y con la clara intención de restaurar la España perdida, la España del Reino Visigodo. Por tanto no nace con la intención de ser nación y de encerrarse en sí misma. Se debe a un fin superior. Por tanto, no creo que Castilla sea una nación tal cual se entiende hoy el término. Creo que Castilla fue Reino independiente, con sus reyes, leyes, fueros, ejército y armada propios. Rango que no alcanzaron otros territorios hispanos. Pero sí puedo entender a Castilla en cuanto a nación cultural. A singularidad propia. A la identidad más evidente de cuantas existen en España. Y desde luego con todo el derecho a su pleno reconocimiento como región histórica de España. Como se podría articular ese derecho daría para otro debate. Pero yo lo enclavaría dentro de la propia Historia y Tradición castellana. Por otro lado, no creo que una nación pueda contener a otras y por tanto no creo que ese concepto sirva para definir con exactitud a una España diversa y plural. Tampoco creo que Castilla deba mirarse en el espejo de nadie ni imitar a nadie para ser como otros. Castilla debe ser castellana. Creo que Castilla ha sido un Reino que ha marcado la Historia Universal y que merece el respeto y el reconocimiento que hoy le niegan precisamente aquellos, en el centro y sobre todo en la periferia, que un día vivieron de sus gestas, de sus descubrimientos y de su poder económico y militar.
Covarrubias 2019
Ser castellanista es denunciar públicamente la división arbitraria del territorio castellano. Ser castellanista es denunciar también la división y silenciamiento de su pueblo.
Ser castellanista es cuestionar el vigente mapa autonómico. Denunciar estatutos de autonomía impuestos y nunca refrendados por los castellanos.
Ser castellanista es denunciar la existencia de autonomías inventadas, que llevan 40 años borrando la Historia de Castilla de sus ciudadanos.
Ser castellanista es decir, bien a las claras, que la democracia nunca llegó a Castilla, ni en 1.978 ni después.
Ser castellanista es exigir el reconocimiento de Castilla como la identidad más evidente de cuantas existen en España.
Ser castellanista es señalar a todos los responsables de la actual situación de discriminación de nuestra tierra. Responsables en el centro y también en esa periferia, que lleva siglos beneficiándose a costa de la mordaza que sufre el pueblo castellano.
Ser castellanista es sentir el orgullo de nuestra Historia, asumiéndola en su totalidad y defendiéndola ante falsificadores de un lado y de otro.
Ser castellanista es exigir ayudas para las familias con hijos y paliar nuestro grave problema demográfico. Y no resignarse a ser el geriátrico de España y dentro de poco la mayor necrópolis de Europa.
Ser castellanista es también ser solidario con otros pueblos silenciados, como el leonés.
En definitiva, ser castellanista es defender con uñas y dientes a su pueblo, su Tradición, su espiritualidad, su manera de ser y de sentir, su cultura y su derecho a un futuro. Porque la realidad es que Castilla, nuestra Castilla, y si nadie lo remedia, se encuentra en la recta final de su existencia. Nos lo exigen nuestros antepasados. No nos resignaremos jamás a ocupar un lugar en la sombra en los museos arqueológicos de medio mundo.
Ante la tumba del Buen Conde. Ante nuestros antepasados que nos contemplan desde las estrellas. Y ante Dios, que todo lo puede.
¡Viva Castilla! ¡Viva el pueblo castellano!
(Discurso en el Homenaje a Fernán González. Covarrubias, 15 de Junio del 2.019)
Feliz Navidad y Próspero Año 2.019
Desde hace 40 años el Castellanismo ha protagonizado el mismo vicio. El desprecio a Madrid y a su provincia. Hoy convertida en autonomía impuesta por el Congreso de los Diputados. Pero que nadie quiere, nadie siente y a casi nadie beneficia, salvo a la casta política.
Lo llamativo del asunto es que todos estos años no han llamado a la reflexión y los mismos que detestaban a Madrid en 1978, lo siguen haciendo hoy. Incluso hay autores que han negado la castellanidad de esta tierra, aunque luego recularan ante las evidencias históricas y culturales.
Este tema lo he tocado ya más veces aquí y no voy a entrar a fondo en ello. Solamente recordar que Madrid es hoy el motor de España y prácticamente contribuyente neto al Estado. Aporte que se va una vez más sobre todo a la periferia. Y además tiene más de 6 millones y medio de habitantes (820 por Km cuadrado). Madrid tiene todo lo que Castilla necesita.
Simplemente quería recordar todo esto para hacer entender a todos que el futuro de Castilla pasa por Madrid y su reintegración a una Castilla unida. Sin Madrid no hay ni habrá una Castilla posible. Ni en lo político ni en lo económico. Ahora, podemos seguir sentados, esperando que suene una flauta que no queremos soplar o pretender que otros la hagan sonar por nosotros. Que Dios nos ayude.
Feliz Navidad y Próspero Año 2.019
Ser castellanista

23 Abril 2018. Así son las cosas.

Bueno, pues esta es la situación de CASTILLA. Un pueblo censurado. O lo que la Unesco denominaría el genocidio cultural, identitario y silencioso de todo un pueblo milenario.
Seguimos resistiendo.

Al Estado le interesa que los castellanos no se reconozcan como tales y que sigan siendo simplemente españoles. Así tiene una base segura sobre la que existir. Al nacionalismo vasco y catalán esto le viene de perlas también para construir su victimismo y seguir sacando réditos electorales y sobre todo económicos, sin la oposición de 11 millones de castellanos concienciados. El problema es que un país no puede funcionar con tres sistemas a la vez. Uno centralista, otro regional autonómico y otro federal o confederal al mismo tiempo.
Todo esto sin olvidar que la burguesía nacionalista vasca y catalana, jamás aceptará que sus territorios estén a la misma altura que el resto. Lo que invalidará ya de facto cualquier solución federal en el futuro.
Los castellanos lo tenemos difícil, como siempre. Solos frente al gobierno central, frente a los nacionalismos periféricos y solos frente a nuestras propias administraciones autonómicas de segunda clase. Las que trabajan desde hace más de 30 años para borrar la conciencia castellana de nuestras mentes.
Feliz Navidad
Castilla funda sus cimientos en el Cristianismo. Castilla nace como uno de los focos de resistencia cristiana contra la invasión musulmana. Cristianos eran los primeros castellanos que bajaron de las Montañas de la actual Cantabria (Cantabria es Castilla). Cristianos eran los primeros pobladores que ocuparon las tierras abandonadas, primero al Norte del Duero y luego más allá. Cristianos eran nuestros campesinos, nuestros artesanos, nuestros soldados, nuestros jueces, nuestros condes y nuestros reyes. Incluso nuestra Reina más grande de la Historia era llamada Isabel La Católica. Nuestros Comuneros eran cristianos fervorosos. Hacían sus juntas en iglesias, frente al altar y con la Biblia a su lado. Cristianos fueron El Empecinado y tantos héroes de Castilla que lucharon contra la invasión napoleónica. El Cristianismo forma parte de nuestro ADN como castellanos. Impregna nuestra Historia, nuestra Cultura y nuestra Tradición. Y quien no lo entienda así, no puede llamarse castellanista.
¿A que viene este mitin confesional, dirán algunos?. A que estoy cansado de que se ataque continuamente no a la Iglesia, sino al Cristianismo y de manera gratuita e incluso grosera. Está muy bien que se denuncie a los curas y obispos corruptos, por supuesto. Pero estoy cansado de que se ataque a la Fe de esta tierra. Máxime cuando miles de cristianos han sido asesinados en Oriente Medio estos últimos 5 años, solo por serlo. Repito, estoy harto y cansado de la cristianofobia de muchos.
Dicho esto, quiero desearos a todos una FELIZ NAVIDAD y un Próspero 2017.
VIVA CASTILLA LIBRE
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
-Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos-
Covarrubias 2016
«La palabra patria proviene del Latín y sirve para designar a la tierra en la que se ha nacido. La tierra de los padres o el clan propio. Por otro lado el cuarto Mandamiento de la Ley de Dios nos impone la defensa de esa tierra como parte de la honra a los padres. Eso es lo que hacemos nosotros cuando defendemos a Castilla.
Homenajeamos a nuestro Conde como padre fundador de Castilla. Y lo hacemos cada día con nuestro trabajo por esta tierra, con nuestra ilusión diaria y lo hacemos hoy en este santo lugar donde él y su mujer reposan. Y que es el acto central de todos los que hacemos en esta asociación. Ante él renovamos nuestros votos y hacemos juramento de los mismos. Algunos lo hicieron antes que nosotros, pero ya no lo hacen. Otros no lo hicieron jamás. En cambio para nosotros es una obligación y motivo de orgullo.
Los sentimientos nos vienen dados por la memoria. Es de bien nacidos ser agradecidos, dice nuestro refranero. Y a ello me remito. Gracias Señor. Gracias por haber sabido unir a tu pueblo, incluso en tiempos más convulsos que los que padecemos ahora. Gracias por haber sabido defender a Castilla con tus palabras, tus hechos y tu espada. Gracias por haber defendido esta tierra sin haber anhelado un beneficio personal. Gracias por tu ejemplo. Y gracias por haber sabido entregar esta tierra a tus sucesores, mucho más grande y poderosa que la que recibisteis.
En esa labor justa, noble y santa, empeñaremos tus hijos nuestro afán, nuestra palabra y nuestro honor. Hoy ante tu tumba juramos seguir defendiendo a Castilla frente a todo y frente a todos. Si sabemos hacerlo, que Dios nos lo premie. Y si un día arriamos nuestras banderas, que Dios nos lo demande».
¡Viva nuestro Conde y Viva Castilla!
El Café para todos
Lo peor no es que a partir de 1978 se sacasen autonomías de la manga. Ni si quiera que destruyeran de manera planificada y deliberada a Castilla. Lo peor es que a día de hoy nadie quiere reformar esta situación. Ni si quiera los «ferederalistas»de Podemos o Izquierda Unida. Que a sabiendas de que el estado autonómico actual es el mayor pesebre de la casta, no piensan renunciar a su trozo del pastel. Aunque eso suponga mantener una situación de agravio constante y diario a Castilla y al pueblo castellano. De hecho su oposición a Castilla es tal, que mientras niegan a nuestra tierra la mínima posibilidad de ser una única autonomía, piden el derecho a decidir para Cataluña, País Vasco, Galicia, Comunidad Valenciana o Andalucía.
Dicen que tras la muerte de Franco la democracia llegó a España. Sin embargo no sucedió eso en Castilla. Con Franco y después de él, a los castellanos se les ha negado sistemáticamente su derecho a articularse libremente como autonomía dentro de España. Se les han impuesto divisiones autonómicas artificiales, desde las cuales se ha intentando borrar cualquier huella de identidad castellana. Y en ese camino de agravios, han ido de la mano de otro pueblo al que también se le ha cerrado la boca. El pueblo leonés. No lo olvidemos.
Pero como siempre digo, veremos a ver quien aguanta más. Si su látigo o nuestra espalda.
LA CASTA
Hace tiempo que no tengo demasiadas ganas de escribir de política. El ambiente es tenso e irrespirable. Fantasmas de nuestro peor pasado han vuelto a sobrevolar los cielos de España. Espectros de ese sectarismo que hace 80 años (se dice pronto) llevaron a este país a matarse hermanos contra hermanos, amigos contra amigos y familias contra familias. Es muy triste el espectáculo que nuestra casta política ha dado estos días dentro y fuera del Congreso de los Diputados.
Al margen de estas discusiones banales se encuentran 5 millones de personas sin trabajo. Miles de familias que sobreviven con menos de 400 euros mensuales. Miles de ciudadanos que viven bajo el miedo a que el banco les quite la casa. Millones de españoles trabajando duro muchas horas al día por un sueldo de miseria. ¿Y esto le importa algo a todos esos diputados del Congreso parapetados en sus trincheras de derecha e izquierda?. No. No les importa un carajo. Tampoco les importa cual va a ser el modelo productivo de este país para poder integrar en el mundo laboral a esos millones de desempleados. No les importa que sigamos viviendo muy por encima de nuestras posibilidades. Esto es, un estado mastodóntico, donde existen 19 administraciones autonómicas que no podemos pagar, con todas las duplicidades habidas y por haber y con una cohorte de chupatintas que viven de ellas osea de nosotros. Aquel estado autonómico que se hizo para «acercar la administración al ciudadano», se ha convertido hoy en la mayor amenaza para el progreso y el futuro del pueblo español. Tampoco les importa que la banca y el Ibex 35 sigan siendo el gobierno en la sombra y por ello no piensan tocarles un pelo, por mucho que ahora agiten los brazos y peguen alaridos. Y ni mucho menos les importa un hecho que nunca se cuenta al ciudadano y es la tozuda realidad de que el estado español es hoy una colonia sumisa de la Comisión Europea. No somos soberanos. Otros deciden nuestro futuro fuera de España. Y el enemigo no está en Madrid, sino en Bruselas, en la sede del BCE y en las entrañas del FMI.
¿Que es entonces lo que de verdad le importa a la casta?. El hoy por hoy. El cortoplacismo. El «esto ya y los que lleguen en el futuro que se las apañen como puedan». El «dame privilegios que soy igual que tú, pero los merezco porque mi lengua es minoritaria». «Dame ministerios y sobre todo quiero lo mío y parte de lo tuyo». Seguimos como hace 15 malditos años o más. La novedad es que los que entonces denunciaban a la casta, han pasado a formar parte de ella y además con entusiasmo. Euforia que manifiestan con gestos ensayados de cara a la galería para parecer lo que en realidad no son. No basta con pedir un cambio de régimen, un estado federal o un estado republicano, si eso se va a reducir a que los políticos lleven coleta y agiten la bandera de la II República. No. Cuéntenos que estados federados van a formar esa federación y como se van a reducir esas administraciones autonómicas impagables. Porque si vamos a cambiar simplemente el color de la fachada del edificio sin tocar todo lo demás, no cuenten conmigo. Si me van a justificar los privilegios de algunos en base a sus fueros medievales, yo les pondré los fueros de Castilla encima de la mesa. Y si vamos a hablar de pueblos oprimidos, ignorados, troceados y saqueados «por interés nacional», yo les hablaré del pueblo castellano y de como lleva siglos pagando el precio de la unidad de España. Si esto va a consistir en seguir regalando a la periferia a costa de la Meseta, pues miren, ni barbas, ni coletas, ni puños en alto, ni pulseras rojigualdas, ni chapitas naranjas, ni leches fritas. NO.
Mucho se habla de si España puede ser Venezuela o Cuba. Si nos van a requisar el papel higiénico o vamos a comer de lata. A mí eso no me da miedo. Yo miro mucho más cerca. A mí me da miedo que me hablen otra vez del ladrillo y del turismo como modelo productivo. A mí me da miedo que gobierne quien gobierne, le de una colleja a Bruselas. Me da miedo que se pongan chulos, poniendo de escudo la cara del ciudadano, como suelen hacer. Me dan miedo los traidores, los vendepatrias y los demagogos. Porque luego esas collejas volverán de vuelta y las recibirá la clase media española, los parados y los pensionistas. Me da miedo un horizonte como el que hoy padecen los trabajadores en Grecia bajo el gobierno de Syriza. Un gobierno que ha aplicado a la clase obrera griega recortes sociales más duros que la propia derecha. Me da miedo que cada vez seamos menos libres y que terminemos por no sentir los barrotes de nuestra celda de tanto apretarlos. Y me da miedo que un pueblo al que tanto se le ha mentido y manipulado, vuelva a manifestar sus inquietudes en las urnas. Y no es que yo tenga miedo a la libre expresión del pueblo. Es que ya hemos visto lo que es la clase política actual y la anterior. Algo que no llegó caído del cielo, sino que fue y es el producto de una sociedad española ignorante, desquiciada, incapaz ya de diferenciar lo blanco de lo negro. Una sociedad dividida, individualista hasta el tuétano, que ha interiorizado como ninguna otra, el odio hacia sí misma. Que vive inconsciente de que un pueblo que reniega de sus señas de identidad, está condenado a la extinción. Y que eso es precisamente lo que buscan los neo-liberales de Bruselas, de la banca, del FMI y del Ibex 35. Esclavos sin identidad.
«El pueblo se equivoca casi siempre» (Julio Anguita)
No puede servirse a dos amos
Inasequibles al «caloret»
Estoy contento, la verdad. Raro es el mes en que la Asociación Socio Cultural Castilla no tiene una nueva alta de un socio. Podemos decir con orgullo que cada vez somos más. Lo que significa que estamos haciendo las cosas bien.
En esta casa no hay tiempo para lamentos. Sabemos que a Castilla no le quedan ni 25 años de vida. Pero eso lejos de hundirnos en la miseria, nos sirve de acicate para seguir luchando. Como hizo Padilla en su momento. No calibró si la Batalla de Villalar se podría ganar o no. Simplemente se lanzó a la batalla. Y es que la verdadera belleza de la vida no está en ganar sino en luchar. Cuando alguien me pregunta que es el Honor, les hablo de Don Juan de Padilla.
Como decía no es tiempo de lamentos ni de soplar cenizas. Es tiempo de hacer castellanismo desde donde primero debe hacerse. Esto es, desde la calle, junto a nuestro pueblo y bandera en ristre. Sin esperar recompensas, sin buscar poltronas, sin lenguajes dobles. Lo que pedimos y queremos lo decimos donde haga falta. En Burgos, en Ávila, en Toledo o en Madrid. Y se nos entiende perfectamente. No somos políticos y nada ambicionamos, salvo recuperar nuestra tierra. Y no le debemos nada a nadie.
Por todo esto ayer bajamos a Toledo, entre otras cosas para honrar a Don Juan de Padilla. Nuestro mejor capitán. Aquel que junto a otros patriotas castellanos dieron su vida por su tierra y por su pueblo sin esperar recompensas ni venderse a nadie. Y sí, nos apretó fuerte el calor estival, pero superamos los 40 grados de Toledo con entusiasmo y el saber que hacíamos lo correcto. A los castellanos no nos para nadie. Somos hasta inasequibles al «caloret».
Me vais a perdonar…
Me vais a perdonar por ser un marciano. Veréis, yo tengo claro quien soy, de donde soy y quienes fueron mis antepasados. Se como se llama mi patria, la tierra en la que he nacido. Incluso se y no olvido en que barrio de Madrid me he criado. Yo tengo memoria. Tengo raíces. Y lo más importante, tengo identidad.
Culturalmente me gustan muchas cosas de fuera. Voy a conciertos de Rock de vez en cuando. Y ocasionalmente al cine, si la ocasión lo merece (cada vez menos). Pero eso, no me convierte en un cosmopolita, en un ciudadano del mundo y en definitiva en un gilipollas. Pero si la mayoría quiere serlo, lo respeto. Pero a mí que me dejen en paz. Respeto a las demás culturas del mundo y deseo fervientemente que no se pierda ninguna, empezando por la mía.
¿A que viene todo esto?. Pues a que a veces te quemas. Un día te suena el móvil en el trabajo y ya hay cachondeito por llevar dulzainas de tono de llamada, en vez de a Pharrel Williams (joder con el puto Happy). Otro día alguien te pregunta porqué eres tan pesado con lo de Castilla (llevar una camiseta de Castilla para algunos es ser pesado). Y otro, un conocido te dice que a él le mola también el morado por «Podemos» (manda huevos, años reivindicando el rojo carmesí y ahora tendremos que defender el morado para que no se lo apropie el «mesías»).
Bueno, entre este tipo de ganado hay que moverse a diario. Lo cómodo sería dejarse llevar por la corriente de turno y ser uno más de ellos. Pero yo no puedo. Yo miro el cielo y veo el cielo de Castilla. Miro el Sol y siento el calor del Sol de Castilla. Escucho una Entradilla Castellana y me emociono como un idiota. Y cuando salgo de este gallinero que es Madrid y subo o bajo a otras provincias y veo los campos y pueblos castellanos abandonados, me lleno de rabia y de pena. Pero a pesar de todo, me gusta el olor de la piedra vieja que labraron mis antepasados. A ellos me siento vinculado más que a otras cosas. Ya se que otros prefieren vincularse a su coche, a su tv de 60 pulgadas, a la última excrecencia de Hollywood o a la última gilipollez de Belén Esteban. Pero yo soy distinto. Soy marciano porque soy castellano. Y eso me convierte en definitiva, en un tipo peligroso por varias razones. Si soy marciano es que me protege Marte, dios de la guerra. Si se quien soy, no me influirá lo que otros me digan en relación a lo que debo ser y sentirme. Y lo más importante, no pertenezco a toda esa manada sin raíces y sin identidad, que crecen como gallinas sin cabeza en este país y que van camino de convertirse en siervos sumisos de la Globalización. Porque por si alguien no lo recuerda, carecer de identidad es el rasgo esencial de todo esclavo.
Sin debate político
Los españoles somos un pueblo de memoria muy frágil. Y los castellanos no somos ajenos a ello. Las elecciones autonómicas y municipales están a la vuelta de la esquina Y yo no veo debate político esencial. Ya no escucho a casi nadie hablar de los desahucios de familias. No escucho a casi nadie hablar de como los políticos y los sindicatos (la casta) arruinaron las florecientes cajas de ahorro del pasado. Apenas se oye hablar de como la corrupción de todo el país se extiende desde la cúpula de la jefatura del estado hasta el resto de instituciones. ¿Que pasa con el poder judicial?. ¿Porqué los políticos siguen nombrando a dedo a los jueces que deberían juzgarles cuando se corrompen?. ¿Donde ha quedado el debate territorial?. ¿Ahora sí es viable el estado autonómico de los 17 micro estados, que es de donde en mayor medida come esa casta política?. ¿Donde está el debate sobre esa reforma electoral que deja fuera a los partidos pequeños?. ¿Donde ha quedado la necesidad de que el pueblo elija si quiere monarquía o república?. ¿Donde ha quedado Castilla en todo esto?.
Ahora sólo se escucha un debate. ¿Que pasará si arrasa Podemos?. No se habla de otra cosa. Lo he dicho ya muchas veces, no voy a votar a Podemos. No me fío de ellos. No me convencen. No soy partidario de votar a un partido para castigar al resto sin leer la letra pequeña de su programa. Y no creo que puedan regenerar este país. Ya no van a nacionalizar las eléctricas, no nos van a sacar del euro ni de la OTAN y no veo intención alguna de que quieran doblegar al poder financiero de este país de la única manera posible. O sea, nacionalizando la banca. Pretenden sanar a un enfermo de cáncer con paños calientes y abundante maquillaje. Eso es todo. Ayer eran el espíritu del 15M, luego pasaron a estar por encima de derechas e izquierdas y ahora son social demócratas. Están a años luz de otros movimientos mucho más audaces en Europa como el de SYRIZA en Grecia. No les oigo hablar de un verdadero proyecto federalista ni de Castilla. Cada vez se parecen más al PSOE de 1982, que prometió crear 800.000 puestos de trabajo y dejó el país en 1996 con más de 3 millones de desempleados y España en quiebra.
Soy castellanista y para mí Castilla es lo primero. Las próximas elecciones son de carácter local, no nacional. Los castellanos deberían mirar también primero por su tierra y menos por el conjunto del estado. Llevamos 500 años ya mirando por las casas de los demás sin defender la nuestra. Y en esa tesitura debemos valorar que partidos de verdad van a dar la cara por esta tierra. Y yo no veo demasiadas opciones al respecto. El voto es libre. Cada uno decide. Pero este derecho al voto nos hace responsables. Nos quejamos mucho de los políticos olvidando que es el pueblo quien los elije. Y como dice Anguita, la primera vez te pueden engañar. La segunda eres cómplice. Vamos a ver que seduce más a este pueblo. Y si por una sola vez, opta por convertirse en el primero de la clase o seguir siendo el tonto del pueblo, del que todos se ríen y al que todos le sacan la pasta. Lo dicho, vuestra es la decisión y el voto. Y vuestra es la responsabilidad ante vuestra tierra.
A las novias y esposas de castellanistas
Mirad chicas, sed pacientes. No tenéis por pareja a un tío normal. Os habéis comprometido de rebote con una causa queráis o no. De modo que jamás os serán fieles del todo. Siempre tendrán una parcela de su corazón para Castilla y sólo para Castilla. Tampoco es el fin del mundo. Solo hay que saber llevarlos. Por ejemplo, procurad no hablar de Historia cerca de ellos, salvo que queráis que os caiga una chapa de 2 horas.
La suegra puede ser un problema grave en vuestra relación. Si vuestra madre ha nacido en León, Zamora o Salamanca, él será un radical de las 14 provincias y odiará las servilletas de cuadros rojos y blancos. Si por el contrario vuestra noble madre es de un pueblo de Valladolid, será quizá un energúmeno de Carretero más y solo comerá sobre un mantel carmesí Pantone 220 o no comerá. Y muy importante, si él dice que la suegra no es castellana es que no lo es, aunque haya nacido en Taranco de Mena.
Si notáis que no os escucha cuando le queréis contar algo o que está distraído. No es así. Es que algo de Castilla ronda por su cabeza. No es una patología grave, pero es incurable. Vuestro hombre fabrica unas 50 paridas mentales castellanas cada minuto. Nadie se las comprará nunca, pero él no puede dejar de fabricarlas.
También tendréis que dejar de ver de vez en cuando el Divinity. Entendedlo, él no puede estar sin su Serie Isabel o su Juego de Tronos. Es más, si no ve Juego de Tronos, llevadle al médico porque no es normal y si además pasa de los 35, es un factor de riesgo cardiovascular añadido. Pero no todo es malo. Si sois tímidas os curaréis pronto. Veréis, a vuestro lado tendréis siempre a un tío que a la mínima de cambio sacará su Pendón para hacer el friki. Da igual el sitio. Lo hará en cuanto le de el arrebato. Tampoco tiene solución. A partir de la quinta vez que lo haga, la sudoración en vuestro rostro y la cara colorada irán desapareciendo. Nunca volveréis a sentir vergüenza, en serio.
Tampoco es bueno que no les dejéis echar gasolina en Villalar de los Comuneros. ¿Que más os da?. O que les regañéis si al salir de la gasolinera se equivoca de dirección y se va al Monolito metiendo quinta… No se tarda nada en hacerle una foto con su Pendón haciendo el cabra por el pueblo, por Dios. Y él es feliz. Por lo demás son tíos completamente normales. A veces incluso parecen mayores de 15 años. Lo dicho, paciencia. Os lo dije al principio, tenéis dos parejas en realidad. Él y su causa. Y eso sí, no encontraréis pechos más duros para el combate, ni corazones más tiernos para el amor.
Feliz Verano a todos.
(Con cariño a todos mis compañeros de la Asociación Socio Cultural Castilla y a todos los locos maravillosos que siguen defendiendo esta tierra frente a todo y frente a todos)
Adolfo Suárez
«Francisco Franco es uno de los grandes hitos de la Historia de España.
Gracias a él y a su profunda obra constituyente, nuestro país cuenta hoy con un Estado moderno que no se cierra sobre sí mismo, sino que se proyecta sobre el mañana. Jamás nadie logró crear las condiciones básicas de partida que Franco, identificado con su pueblo, supo levantar. El paso de los siglos no borrará el eco de su nombre. Con él, logró España ser Una, Grande y Libre. No se puede menospreciar la gigantesca obra de ese español irrepetible al que siempre deberemos homenaje de gratitud, que se llamaba Francisco Franco. Su obra perdurará a través de las generaciones».
Adolfo Suárez, 20 de noviembre de 1.975
Impresiona la facilidad que tienen algunos para convertirse a la democracia en 2 años ¿no?.
De verdad que no quería meterme en este tema y de hecho he dejado pasar los días para que todo se enfriara. Pero la manipulación y lobotomización que este régimen ha llevado a cabo a través de sus voceros de la prensa y la tv ha sido nauseabunda, que como castellano, castellanista y ciudadano español, tengo que denunciarla. No hay nada más simbólico que la muerte de Adolfo Suárez para sentir como el edificio sucio y podrido levantado en 1978 se va viniendo a abajo. ¿Demasiado radical mis calificativos?. Vamos a ver, hay una Transición de la que nunca se habla. Por ejemplo, de la no legalización de los partidos republicanos hasta después de 1978. Cuando me refiero a partidos republicanos, hablo de todas aquellas formaciones que defendían la III República y se mostraban contrarios a la restauración monárquica que encarnaba Juan Carlos I de Borbón. Otra Transición de la que nunca se habla es de la del café para todos, de la que también fue artífice Suárez y que ha convertido este país en un estado inviable, ingobernable y en un puro disparate, cuyo coste lo está pagando la ciudadanía. Ese estado monstruoso divido en 17 principados que solo benefician a la casta política, es fruto de la mentalidad de Adolfo Suárez. Y siendo esto malo, aún queda algo peor. Víctima de los sucios manejos de Suárez y sus conchabeos con los nacionalistas vascos y catalanes, está la aniquilación de Castilla. Viniendo esto de un hijo de Cebreros (Ávila), la traición es aún mas dolorosa si cabe. Bien es verdad que los traidores no suelen caminar solos. Y en ese camino de borrar del mapa a Castilla y a los castellanos, Suárez se hizo acompañar de su propio partido (UCD) y sobre todo del PSOE y el PCE (ambos siguen en ello).
No se debe hablar mal de los muertos y no lo hago. No enjuicio al padre, al marido o al abuelo. Enjuicio al político y aún así me cuesta hacerlo. Pero repito, la manipulación y mentiras de estos días han sido de tal envergadura y tan asquerosas, que alguien tenía que levantar la voz para defender a Castilla. Máxime cuando hoy 2 de Abril del 2014, los castellanos seguimos sin existir en esta caricatura de España, dudosamente democrática y además formamos parte de todos esos pueblos bajo genocidio étnico. ¿Demagogia?. Pues ya me diréis como denominar al hecho deliberado de no permitir el desarrollo material y espiritual de un pueblo y de buscar su exterminio, al no permitírsele si quiera asegurar su demografía y por tanto su supervivencia. Porque eso es lo que ahora mismo se está haciendo con los castellanos. El tema es tal que es que ni se habla de Castilla. Se silencia cualquier referencia pública a la misma. No sólo en los medios, sino hasta en los propios libros de texto de los niños nacidos en autonomías castellanas. Castilla es el tema tabú en este país. Coges un spray y pintas una estupidez en una pared. La estupidez permanece meses e incluso años. Escribes algo sobre Castilla (Madrid es Castilla, Castilla Unida o Castilla Comunera…) y no dura ni 24 horas. Eso lo sabemos perfectamente los que llevamos más de 16 años en el Castellanismo. Menos mal que ahora tenemos Internet para denunciarlo.
Y todo esto como decía, es fruto y obra de Adolfo Suárez, con la bendición de Juan Carlos I. El que luego no tardó más de 4 años en echarle a patadas de la Moncloa (Los Borbones siempre tan adalides de la corrupción y de la traición). Ver al amigo de Corina estos días de besos y abrazos con la familia del difunto, era todo un homenaje al cinismo. Menos mal que todo va saliendo a la luz y si no, estad atentos al próximo libro de Pilar Urbano. Y para colmo le han dado sepultura en la Catedral de Ávila. El lugar donde los Comuneros de Castilla reunieron a la Santa Junta en 1520. Si no querías caldo, pues dos tazas.
Descanse en paz Adolfo Suárez y que Dios, Castilla y la Historia le juzguen.
Perdido en las Merindades de Burgos
Es una gozada perderse por las Merindades de Burgos y una semana me ha parecido bastante poco. No solo atesora una enorme cantidad de Arte Románico y Gótico. Es la riqueza de todos sus paisajes a la vez. Es que sales de un valle y sin darte cuenta entras en otro diferente que intenta superar en belleza al anterior. Pero lo más llamativo son sus gentes. Siempre me ha sentado mal esos comentarios sobre lo secos o antipáticos que somos los castellanos. Vamos, en Madrid somos todo lo contrario. Y lo mismo en Segovia, en Palencia, en Burgos, en Toledo o en cualquier rincón de Castilla. Abrías un mapa en medio de un pueblo de la Merindad de Montija y ya tenías al lado al carnicero o el del bar de en frente a ver si podía ayudarte. Si algo ha conseguido enamorarme de la zona, ha sido el carácter cordial de sus gentes.
Se me ha hecho extraño que hubiese tan poco turismo, la verdad. Pero es cierto que seguimos siendo un país de playa, bronceador y tumbona. La Naturaleza o la Cultura siguen siendo proscritas en una España que apenas es capaz de leer un libro al año. Pero es verdad que en cierta manera se agradece porque evitas aglomeraciones en los monumentos y los atascos en las carreteras. Y si de algo quería huir era de todo eso.
Recuerdo esos días de agosto en los que hablaba con mi padre por teléfono y me contaba que en Madrid a las 10 de la noche seguían a 32 grados, cuando yo estaba disfrutando de mis 20 grados en esos momentos, incluso a 8 grados de madrugada. Otro activo a tener en cuenta para viajar allí, el clima. Una mezcla entre el clima mediterráneo y el atlántico. Por eso a veces parece que estás en Santander, otras en Palencia y otras en el País Vasco.
El hotel rural estaba genial y a buen precio. La comida era de menú y muy buena también. Por si a alguien le interesa, se llama El Balcón de Montija y está en El Cruce, muy cerca de Espinosa de los Monteros. Un sitio estupendo porque se encuentra casi en el centro de las Merindades y te permite moverte en una u otra dirección en poco tiempo.
Ya digo, la valoración turística en general de la zona es muy positiva. La valoración castellanista ya es otra cosa.
He visto cosas que no me han gustado mucho. Entiendo que en esa zona y en Burgos en general a la gente le guste el Athletic de Bilbao por aquello de la cercanía y que se note en algunas zonas como el Valle de Mena cierta influencia vasca. Lo que me parece lamentable es llegar a un mercadillo y que en varios puestos vendieran banderas de todo tipo y sobre todo ikurriñas y ni una sola de Castilla. Pero ni moradas, ni rojas ni si quiera de Duerolandia. Aún más lamentable ver ikurriñas en ventanas en Villarcayo. Y que nadie piense que en esa villa la gente se siente vasca, no. Lo que pasa es que algunos hijos y nietos de emigrantes castellanos gustan de volver en Verano a las tierras de sus antepasados y dejar claro que ellos son más chulos que nadie y no unos paletos como los indígenas del lugar. Por eso reniegan de la tierra de sus ancestros y prefieren ondear la bandera del PNV convertida en bandera de la comunidad autónoma vasca en 1978, antes que la castellana que tiene más de 8 siglos de gloriosa historia. A mí no se me ocurriría por ejemplo irme a León de turismo y colgar la bandera de Castilla en una ventana del hotel para tocar las narices. Pero ellos son así. Peor aún me ha sentado ver pintadas abertzales en la medieval Villa de Frías y que su ayuntamiento no se haya dignado en eliminarlas. Todas estas cosas parecerían ridículas de no ser porque en frente tenemos el tema de Treviño. Vamos a ver que pasa este mes de Septiembre y el peso que tiene el Estatuto de Autonomía de Castilla y León frente al de Vitoria.
La autonomía vasca emite una fuerte identidad. Buena parte de ella fruto de falsificaciones históricas, cierto, pero subvencionada desde el propio gobierno vasco desde hace 30 años. En cambio con Castilla se ha hecho todo lo posible por destruirla, sobre todo desde las propias administraciones autonómicas. No es solo que estemos divididos en 5 trozos. ¿Se imagina alguien a un diputado vasco del PP diciendo que Euskadi no tiene identidad?. Pues en la Comunidad de Madrid hemos tenido a todo un presidente autonómico que ha estado 2 legislaturas alardeando de eso mismo en relación a Madrid. Y cuanto más lo decía, más votos sacaba. Son las cosas que tiene el electorado castellano. Te insultan, te dicen claramente que eres inferior al resto de regiones españolas, que no tienes cultura propia ni historia propia y aplaudes con las orejas. Con gentuza de esta clase y con paisanos así no me extraña que estemos como estamos. Y es que si cae Treviño, caerá lo que se propongan (Cantabria, las Merindades de Burgos, La Rioja y hasta el Norte de Soria). Sería gracioso que un día la ikurriña de los hermanos Arana ondeara en Taranco de Mena… Quizá nos haga falta eso para reaccionar.
Entiendo que no todo el mundo opinará como yo en relación a este u otros temas. Y que algunos castellanistas miran a otro lado en relación a Treviño. Me parece genial. Así nos retratamos todos y el pueblo sabrá quien tiene complejos en Castilla y quien no. Por mi parte, del mismo modo que miro con desconfianza y recelo al Estado Español por como se comporta con mi tierra, miro con esa misma desconfianza y recelo a los del Norte y Noreste, que llevan siglos sacando réditos políticos y económicos de las discriminaciones a los castellanos. Pero algunos no aprenden ni después de 30 años de palos en la espalda.
Otra cosa criticable son algunos de los guías turísticos con los que me he topado. Se nota claramente quienes disfrutan con su trabajo y quienes se limitan a rentabilizar una oposición que aprobaron en su momento. Que una guía del Monasterio de las Huelgas te diga en 2 ocasiones que el Pendón de las Navas de Tolosa fue «robado» a los musulmanes y que no es un pendón porque no se puede ondear debido a su tamaño… ¿Esta señora no sabe que en las guerras la misión primordial es quitarle la bandera al enemigo?. Vamos esto ha sido así desde los romanos hasta la Guerra del Vietnam. ¿Es que esta inútil no conoce los pendones de los pueblos de Castilla que la gente saca en las fiestas patronales y que a veces miden más de 3 o 4 metros de largo y se ondean entre varios si hace falta?. Y encima la tipa era de Burgos capital… De hecho tuve el placer de ver y tocar alguno de esos preciosos pendones, que son en definitiva Pendones de Castilla y ni son morados ni llevan leones. También me di cuenta de como algunos guías a sueldo de la Junta de Duerolandia o del ayuntamiento del PPSOE de turno se echaban a temblar en cuanto me escuchaban hablar de Castilla La Vieja y La Nueva. Algo que solo me animaba aun más a la hora de tocar las narices.
Pero volviendo a las Merindades, no toda la valoración castellanista es mala. He visto ondeando dos banderas rojas de Castilla en balcones en dos pueblos de la zona y bien visibles. Ojalá la moda se extienda, pero para eso hay que crear conciencia y que la misma propicie la demanda. Porque también es triste que la genuina Bandera de Castilla no se venda en una sola tienda de Burgos o Valladolid, que tanto presumen de ser castellanas viejas y por el contrario sí se vendan ya en alguna de Madrid. Y eso que «no tenemos identidad», según el actual Ministro de Justicia y ex presidente de la calamidad autónoma Madrid.
Se hace camino al andar
Cuesta caminar por la senda de Castilla. No es un camino recto ni cuesta abajo. Es bastante empinado. Tampoco tiene rectas. Son todo curvas y desfiladeros. Pero se lleva bien. Llevas tu propia mochila al hombro y tu propia agua porque en esta tierra si te sales del renglón, te dan por donde amargan los pepinos. De vez en cuando tienes que tomarte un descanso para afrontar un nuevo repecho y estar preparado porque el firme tampoco es tal. Está todo lleno de piedras y agujeros. Esas piedrecitas que vas encontrando por el camino, que molestan al ser pisadas y que a veces, las más pequeñas se te meten en el calzado. Son las piedras que muchos castellanos nos dejan. Por que somos así en esta tierra. Aquí no se mueve nadie si no lo hace antes 40 vecinos. Hablamos en las tabernas o en los bares cibernéticos como Facebook. Somos la tierra del «hay que» y no la del «voy a hacer». Somos la tierra del cacareo diario sentados en nuestro wc a modo de trono. «Pero yo no me implico, no vaya a ser que me den un palo en la nuca. Los palos que se los lleven los demás, que para eso están». Y eso sí, somos los primeros en dejar esos palitos y piedrecitas, «a ver si provoco la caída de los que andan y así me echo unas risas desde el sofá de mi casa». Desde luego somos unos tipos peculiares.
Y decía que de vez en cuando hay que tomarse un descanso para seguir subiendo y poder seguir apartando esas piedras del camino a patadas. Todas llevan escrito su propio nombre. Provincianismo, ignorancia, derrotismo, envidia, traición, imbecilidad, abulia, indolencia, sectarismo, foros cibernéticos… Las hay a miles y donde elegir. Pero algo bueno tenía que tener el caminar cuesta arriba y es que siempre ves el Sol y aunque sea de noche, te iluminan las estrellas. En cuando ves la Osa Mayor, ya sabes por donde debes tirar. Y con eso y la VOLUNTAD ya tienes medio camino hecho. En lo alto está la cumbre. En nuestra mochila el Pendón. Y el cayado en el que nos apoyamos sirve de mástil. Ya hemos hecho buena parte del camino por Castilla. De modo que sigamos caminando entre piedras, palos y agujeros sin perder nunca de vista la cumbre y ese viento castellano que nos canta.
Para ser universal hay que ser local.
http://www.vilaweb.cat/noticia/4079769/20130201/ramoncin-catalunya-independent.html
Es innegable que Ramoncín ha sido y es aun uno de los referentes más importantes de la música Rock en España. Pocos artistas españoles han vendido tantos discos como él. Cuando hice la mili, sus canciones eran la referencia en la cantina del cuartel, junto con las de Loquillo, Burning, Leño o Barón rojo. También es innegable que la marca Ramoncín ha ido siempre unida no solo a la polémica sino también a la reivindicación. Pocos artistas han osado meterse en tantos atolladeros por decir en todo momento lo que pensaban. Otros han preferido la cautela tras contar las monedas que llevaban en el bolsillo, a decir lo que verdaderamente pensaban. En ese sentido Ramoncín tiene todos mis respetos, así como mi aprecio como artista y músico de Rock. Con sus canciones cañeras he vibrado y con sus baladas he amado y me he emocionado.
Pero hay cosas que no puedo entender. Hay algo que me molesta mucho de mis paisanos. Entre ellas su casi enfermiza identificación con España, entendiendo por tal a todo el Estado Español, aunque luego la visión física se reduzca a la ciudad o pueblo donde se vive y quizá alguna más. Posiblemente donde se veranea. Y por ejemplo, no se conozcan Asturias, Galicia, Navarra u otros puntos de la geografía nacional con realidades culturales diferentes en mayor o menor medida a la de Castilla y que también son españolas. La otra cosa que me molesta de los castellanos es la desidia contra su propia tierra, consecuencia de lo anteriormente dicho. Viva España y olé y a mi tierra que le den. Parece el santo y seña grabado a fuego en el cerebro de los castellanos. Cierto es que son muchos años de manipulación y de que el vigente régimen se basa esencialmente en negar por sistema a Castilla y a todo lo castellano y que esa política se practica sobre todo por parte de las propias comunidades autónomas castellanas. Pero en pleno Siglo XXI y con algo tan importante como Internet al alcance de todos, seamos claros, quien es ignorante es porque quiere o porque le gusta. Y eso lo veo también en Ramoncín. Una persona elocuente e inteligente y que si uno mira alguna de sus entrevistas en los años ’80, se dará cuenta que nuca ha tenido un pelo de tonto. Pocos artistas pueden presumir de la riqueza léxica de Ramón, quien siempre ha manejado un exquisito Castellano con el acento más puro de la Villa de Madrid. Cuando Ramoncín se sube al escenario del Camp Nou para apoyar el derecho a decidir de los catalanes y rubrica sus palabras con un Visca Catalunya y España republicana, se está comportando como sus paisanos de Castilla. Incapaces de expresar un sentimiento patrio que no pase por España o mejor dicho, por una idea de España basada en el Liberalismo de 1812.
Muchas veces en tertulias entre castellanistas, nos hemos preguntado por qué no prende el Castellanismo en Castilla. Causas hay muchas y en este blog las he expuesto muchas veces. Una de ellas es la falta de compromiso de casi toda la izquierda. Si la derecha ha contemplado una Castilla imperio con un Cid con camisa azul cruzando la noche estrellada y metiendo en vereda a díscolos compatriotas de otras tierras, la izquierda no ha sido mejor. Básicamente a la izquierda le ha importado y le importa Castilla y los castellanos una mierda. Y perdón por la claridad de mis palabras pero así lo veo desde hace 30 años y así lo sigo sintiendo. Y Ramoncín es parte de esa izquierda universalista y anticastellana. Es genial que uno haya tenido compromisos con la CNT, con el PSOE, con Nicaragua y el Frente Sandinista y ahora con Cataluña y que jamás en su vida haya caído en la cuenta de que si hay una tierra mancillada y un pueblo oprimido de verdad esos son Castilla y los castellanos. Cuan oprimidos estaremos que nos roban 1000 millones de euros impunemente y no pasa nada, nos imponen fronteras que no necesitamos, nos obligan a acatar estatutos de autonomía diseñados en esa taberna nacional que es el Congreso de los Diputados, dedican millones a un instituto como el Cervantes para que pisotee nuestra Lengua por todo el mundo y la venda como española a secas y se humille y satanice a diario a esta tierra como la madre de todo lo rancio y despreciable que hay en este país llamado España. De verdad Ramoncín que tus paisanos te hemos echado de menos en estas lides, aunque entendemos que tú eres otra de esas víctimas a las que tras someterse a una lobotomía brutal desde las vísceras del Estado, hoy ya no sabe cual es su identidad como ser humano. Pero dices en la entrevista que para ser universal hay que ser local. No se si la cita es precisamente de Unamuno, pero estoy de acuerdo. Pues empieza a ser local por ti mismo. Porque resulta algo patético ver a un hombre sin identidad, dejarse tiempo y dinero defendiendo la de los demás. Si de verdad se quiere luchar por algo digno, justo y noble, no se me ocurre otra cosa que la causa castellana. Tierra, país, nación o región (lo mismo me da), cuya situación es ya tal, que ni si quiera aparece en los mapas de España. Cuando todos han comido de ella durante siglos, empezando por los eternamente insatisfechos hermanos de la periferia, hasta dejarla en los huesos.
Llegas a un punto en que ya no sabes como explicar esto a la gente común para que te entienda. Porque lo más trágico es que estas cosas de la identidad las entienden en Galicia o en Cataluña, pero no en Madrid, Segovia, Burgos o Cuenca. Y a ello ayuda mucho que los más eminentes hijos de esta tierra le den sistemáticamente la espalda a la misma. Y es algo que tristemente se repite a diario. Por eso vuelvo a decir que me pareció patético lo de Ramoncín en el Camp Nou. No porque yo me oponga a nada ni a nadie. Sino porque duele ver luchar a tu hermano por los zapatos y el vestido de la madre de tu vecino, cuando la propia anda descalza, en harapos y mancillada por unos y otros.
Nunca nos rendiremos.
«Mucha gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú. Nunca te disculpes por ser correcto, o por estar años por delante de tu tiempo. Si estás en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón. Incluso si eres una minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad.» (Gandhi)
Quizá muchos castellanistas os sintáis solos e incomprendidos en medio de una masa que os da la espalda. La Democracia es así, pero es un simple sistema de representación y no significa que las mayorías tengan la razón. Es más, como hemos podido comprobar en nuestro país, con frecuencia se equivocan. En ese sentido Julio Anguita siempre ha sido el azote de los electores, a los que jamás ha adulado. Todo lo contrario. Les ha criticado su irresponsabilidad a la hora de votar siempre lo menos malo.
Muchos quizá os sintáis solos en esta lucha por nuestra tierra. La mayoría en muchos momentos sentimos esa soledad. Quizá la misma soledad que sintió Fernán González viéndose acosado por leoneses, navarros y moros. Quizá la misma soledad de El Cid en su destierro. La de Isabel, nuestra reina, secuestrada en Segovia. O quizá la de Padilla en Torrelobatón en medio de deserciones y con los imperiales pisándole los talones. Ninguno de ellos dio la espalda a Castilla y supo cumplir con su deber.
No somos castellanistas por imitar a otros. Somos herederos de una tierra fraguada con el esfuerzo, el sudor y la sangre de nuestros antepasados. Ciudadanos humildes y austeros que sabían ser leales con sus reyes, pero primero defensores de su tierra. Ciudadanos de Villa, siempre dispuestos a morir por su señor, pero por encima de todo leales a las leyes de sus paisanos y de los que les precedieron. Así eran los castellanos de antaño y ese es el ejemplo a seguir.
Podemos ser 4 en medio de millones, pero siempre es una minoría quien marca la diferencia. Las masas no hacen las revoluciones, las hacen minorías al frente de ellas. Cristo empezó con 12 y cuando salieron de la oscuridad de las catacumbas eran miles. Igual que Mahoma huyendo de la Meca y volviendo en honor de multitudes años después. La Historia tiene muchos más ejemplos donde las minorías terminan por triunfar. Una de las virtudes del Paganismo era la Perseverancia. Los nuestros no se rendían. Los numantinos por ejemplo, preferían morir antes que arrodillarse ante el invasor.
Lo fácil es dejarlo todo. Tirar la espada y dedicarse a dejar pasar los días con mejor o peor suerte. Cada uno hace su destino. Pero pregúntate, cuando abandones la lucha por tu tierra, que sentido le habrás dado a tu vida. Quizá llegado el momento de reunirte con el Supremo Hacedor y en presencia de los que te precedieron, sientas que has pasado por este mundo sin influir en él y sin dejar un solo eco en la eternidad. En un par de generaciones tu nombre se habrá olvidado. O puede que ya te hayas disuelto tanto en la abulia de la mayoría, que ni si quiera te preguntes nada porque simplemente ya no seas nada.
Causas legítimas hay muchas. Causas legítimas y justas, muy pocas. Esta es la nuestra. Castilla es nuestra madre, cuya tierra ha de acogernos amorosamente llegado el momento. Castilla agoniza abandonada por la mayor parte de sus hijos. Castilla se muere saqueada por gobiernos centrales y periféricos. Y Castilla está llegando a un punto de no retorno muy peligroso, acosada por el envejecimiento, la despoblación, la pobreza y la contaminación cultural. La batalla que se pierde es la que se abandona. Solo los que luchan se ganan el Paraíso. Solo los que luchan son acompañados de los dioses en la batalla, pensaban los Celtíberos. Pues por ellos, por nuestros antepasados, por nuestra tierra, por nuestra madre y por un futuro donde los gritos de los niños llenen de nuevo los pueblos de Castilla. Resistir es Vencer y está saliendo el Sol. Por la Patria Castellana.
¡Viva Castilla Libre!
Cuando el tonto sigue la linde…
Hay una corriente del castellanismo cada vez más fuerte y mejor organizada, que reconoce los legítimos derechos del pueblo leonés (León, Zamora y Salamanca). Y soy uno de los que apoya dicha corriente. Pienso que todo lo que suponga que León recupere su región, redundará en beneficio de la mía, Castilla. Si la autonomía de Castilla y León se rompe, estaremos más cerca de unirnos en una sola los castellanos del Norte y del Sur, que es lo que debía haber sucedido en 1983 y no lo que tenemos ahora. Esa es mi opinión. Podrá gustar o no a unos u otros, pero es en lo que creo y por lo que lucho.
Nunca he entrado a enjuiciar el Leonesismo porque he considerado que no era mi problema ni tenía conflicto alguno con él. Pero hay determinadas actitudes que como castellano me molestan profundamente. Si por un lado hay un Leonesismo legítimo, también abunda otro que no lo es tanto. Electoralmente el Leonesismo no está precisamente para echar las campanas al vuelo (como el Castellanismo) y creo que en parte es por el agotamiento de algunos argumentos. Y ahí entra el otro Leonesismo. Me refiero a toda esa manada de cretinos que llevan 30 años insultando a Castilla y a los castellanos. 30 años llorando y acusando a Castilla de miles de agravios, sin reparar en que sus vecinos son sólo una parte de Castilla. Sin querer entender que no fue Castilla quien tramó una conspiración en 1983 para hacer desaparecer a León del mapa. Y que fue precisamente Castilla la troceada y silenciada, como paso previo a que algunas de sus provincias del Norte fueran obligadas a entrar en una región artificial y artificiosa. Que al frente de todo aquello figurara un leonés llamado Rodolfo Martín Villa, lo dice todo. A pesar de todo ello, hemos tenido que seguir asistiendo al espectáculo de aquellos para los que defender a León pasa por insultar a los castellanos. Facebook es un ejemplo de ello. En muchos grupos leonesistas de esa página, se dan cita dimes, diretes y chascarrillos contra Castilla y los castellanos. No debería asombrarnos, dado que en España no cabe un tonto más. Lo triste es que en esos grupos encontramos muchos me gusta de leonesistas que luego vienen a los grupos castellanistas que defendemos las 14 provincias castellanas, a darnos palmaditas en la espalda.
Pues señores de los chascarrillos baratos, flaco favor le hacen a León y al Leonesismo con todo esto. Porque tras 30 años de repetir los mismos chistes y los mismos insultos, el resultado es que la mayor parte de los leoneses apoyan al PP y al PSOE. Exactamente igual que sus hermanos castellanos. Y así nos luce el pelo. Por el camino de la defensa de la identidad, de la cultura y de los derechos de los pueblos de España, nos encontrarán a los castellanistas del Norte y del Sur. Por el camino de la bobada y la chirigota con tintes de xenofobia, no. Los castellanos no tenemos la culpa de la situación de León. Los primeros responsables son los propios leoneses y a los resultados electorales me remito. Hemos tenido un presidente de gobierno leonés que no hizo nada por León o por los leoneses. Lo mismo que tantos presidentes y diputados castellanos que llevan 30 años dando la espalda a su tierra. Y en esto todos somos responsables. Pero reitero, ni los de Burgos, Valladolid o Segovia han hecho nada contra León. Menos aun si cabe los castellanos de Madrid, Toledo o Cuenca. De modo que cada mochuelo a su olivo. Cada uno a luchar por su tierra y por su pueblo, respetando al de al lado. Como he dicho, en ese camino encontrarán cada vez a más castellanistas. Por la otra senda, la de la falta de respeto, la de la gilipollez supina e infantil, la que va al abismo, irán solos. Dicen en mi tierra que cuando el tonto sigue la linde, la linde se acaba y el tonto sigue.
(Las imágenes están sacada del Grupo de Facebook Leoneses, no castellanos, y es un buen ejemplo del cerrilismo, la ausencia de neuronas y la estupidez a la que me he referido en el artículo).
Guía rápida para manifestantes que desconocen la Bandera Castellana.
Cansa un poco cada vez que sales en una manifestación por Madrid que la gente te pregunte por tu bandera. Los castellanistas aparte de buena gente, somos simpáticos y siempre estamos dispuestos a explicar las cosas, pero ciertamente a veces es agotador explicar lo mismo una y otra vez. Vamos a ver, Madrid es Castilla. No lo digo yo, lo dice el propio Estatuto de Autonomía de Madrid y la Ley de Escudo y la Bandera de la CAM (Comunidad Autónoma de Madrid). La autonomía no ha calado en los madrileños (como tampoco ha calado la del resto de comunidades castellanas) y por eso es raro ver una bandera autonómica madrileña. Pero es importante conocer su Estatuto, al menos antes de que lo cambien. No voy a extenderme más al respecto para no aburrir. Voy a recurrir sobre todo a las imágenes.
BANDERA DEL REINO DE CASTILLA
Simboliza a Castilla como región, nación, pueblo, cultura e identidad histórica. Una más y quizá la más evidente, de todas las que forman España. Siempre fue roja con un castillo en oro y fue creada por Alfonso VIII de Castilla alrededor del año 1212. No simboliza exclusivamente a Castilla y León o a Castilla La Mancha, que son autonomías inventadas en 1983. Simboliza a toda Castilla (Ávila, Valladolid, Palencia, Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia, Ávila, Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Albacete). No simboliza al Reino de León o Región Leonesa (León, Zamora y Salamanca), precisamente porque estas tierras NO SON CASTELLANAS Y NUNCA LO HAN SIDO. ¿Que hace El Reino de León pegado a provincias castellanas?. Buena pregunta. Estamos en un régimen cuya Transición consistió sobre todo en borrar del mapa a dos regiones históricas, la castellana y la leonesa. Y lo mejor para destruir algo es dividir y mezclar (El PP-PSOE-IU-UPyD saben mucho de esto).
ESCUDO DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE MADRID
¿Queda claro?. Madrid lleva dos castillos en su escudo por su vinculación con la Castilla Norte y Sur y fondo rojo por ser este el de la tradicional enseña castellana, como hemos visto arriba. MADRID ES CASTILLA, aunque en los libros de texto de los niños de la CAM no se mencione delieradamente. El propósito es ese, que nuestros niños crezcan sin identidad para que no amen lo que no conocen y por tanto no lo defiendan. De modo que cuando veáis una bandera castellana en Madrid, sentidla como propia porque esta es la verdadera bandera de vuestra región, nación o identidad y no la de las 7 estrellas que Joaquín Leguina se inventó en 1983. Hasta ese año la Provincia de Madrid pertenecía a Castilla La Nueva (actual Castilla La Mancha) y fue segregada de ese territorio por dictamen del Congreso de los Diputados (pasándose por el escroto la propia Constitución Española de 1978).
PENDÓN MORADO DE CASTILLA
Ni morado, ni pendón. Nunca ha existido como tal y se debe a una confusión cromática. Los Comuneros de Castilla nunca lo enarbolaron como enseña ni tampoco El Empecinado contra las tropas liberales de Fernando VII. Es todo una leyenda urbana más. A pesar de todo, la confusión se ha extendido durante casi dos siglos y hoy ese morado forma parte de muchas enseñas de pueblos y ciudades de Castilla e incluso de equipos de fútbol como el Valladolid o el Real Madrid (que lleva una banda morada por Castilla y porque Madrid era y es Castilla). Sigue siendo usado también por algunos colectivos castellanistas.
El morado paso a formar parte de la enseña republicana de 1931 precisamente porque los republicanos pensaban erróneamente que el «color castellano» estaba ausente de la bandera de España (porque la enseña tricolor de 1931 es una bandera de España, aunque hoy no esté en vigor) y decidieron que la última franja de la bandera usara ese color.
En resumen, que todos los que sois de las provincias castellanas más arriba mencionadas sois castellanos. Madrid es Castilla. La bandera de Castilla (la tradicional, la histórica, la de siempre) es vuestra y es la que os representa como pueblo, cultura e identidad. Otras representarán a autonomías o a España entera (como la constitucional o la republicana), pero esta es exclusivamente vuestra, repito. La de siempre, la de vuestros antepasados. La única y verdadera BANDERA DE CASTILLA.
Para saber más:
http://www.asc-castilla.org/contenido/index.php/castilla/razones-de-un-mapa
Por encima de todo, Castilla.
Hay una parte importante del Castellanismo cada vez más indignada por las cosas que están pasando. Ya no es solo por la crisis, ni por el trato que Castilla ha estado recibiendo por parte de este régimen agonizante. Es por como avanzan las cosas. Lentas, tortuosas y por falsos caminos. Todos los partidos de la Monarquía Liberal de 1978 se han enrocado. Nadie quiere mover ficha ni renunciar a sus privilegios, pero la realidad es que esta situación de insostenible e impagable. De una u otra manera se van a producir cambios y de hondo calado.
Los símbolos y las banderas nos definen muchas veces sobre nuestras ideas y nuestra manera de ser. A mí particularmente me pone de mal humor que en todos los rincones de España se recuperen los símbolos ancestrales de muchos territorios y que en Castilla suceda lo contrario. Me aburre soberanamente que Castilla sea haya convertido en «restoespaña». Un territorio aparentemente sin identidad y cuyos habitantes viven en el colmo de su propia ignorancia histórica como pueblo. Y eso se nota en las manifestaciones últimamente. Yo no estoy en contra de ningún símbolo y creo que cada uno puede sacar a la calle lo que le venga en gana. Faltaría más. Pero como digo, es muy triste que el referente de identidad de los castellanos a día de hoy, sea exclusivamente la bandera de España. Bien en su forma actual (roja y gualda) o bien en su forma republicana. Porque es así. La bandera roja, amarilla y morada de la II República, simbolizaba al Estado Republicano Español. O sea a España. ¿Como es posible que el castellano se identifique con la totalidad del país y sus símbolos y de la espalda al propio?. Se debe sobre todo a la manipulación que desde la escuela y los medios de comunicación se lleva a cabo contra los castellanos.
No es solo la Derecha la que gusta de envolverse en la bandera nacional para defender sus mezquinos intereses. Es que la Izquierda hace básicamente lo mismo, con el añadido de esa corriente boba y amorfa que proclama la ciudadanía del mundo y de la galaxia, la renuncia a sus raíces y que mientras babea observando al nacionalismo vasco y catalán, da la espalda a su verdadera identidad. Los mismos jóvenes que enarbolan en Castilla la bandera constitucional, lo hacen sin reparar en los reinos que aparecen reflejados en el escudo nacional. Y los mismos que sacan la bandera tricolor, lo hacen ignorantes del significado del color morado. Ni Izquierda Unida, que se viste de andalucismo, galleguismo o catalanismo cuando conviene, osa vestirse de Castellanismo. Menos aun UPyD, que a pesar de su proclamado federalismo, solo esconde un nacionalismo español y jacobino tan repelente como el del PP o el PSOE.
Ardua labor tenemos pues los castellanistas. A nadie se le escapa que la República planea de nuevo sobre España y si eso finalmente sucede, no podemos permitir que la misma se construya contra Castilla. La II República no le dió nada a los castellanos. Quizá porque Castilla, una vez más manipulada, lo único que hizo fue envolverse en la bandera tricolor o en la bicolor, como ahora y alzar su voz contra los díscolos catalanes y vascos, como ahora. Y de todo aquello tras 1939, Castilla solo obtuvo despoblamiento, pobreza, represión y negación. Y no podemos tolerar que eso vuelva a suceder. Si se hace una nueva Transición, debemos participar en ella como castellanos. Si nace un nuevo régimen, que ojalá sea más justo que este, deberemos formar parte de él y no quedarnos fuera. Contra la negación deberemos anteponer nuestra afirmación castellana.
Personalmente soy republicano (el color de la bandera me importa poco). Nunca he entendido el porqué la jefatura del estado tiene que recaer por herencia sobre una familia. No es que sea poco democrático. Es que es un disparate, sobre todo si tenemos en cuenta que los reyes ya no gobiernan. En el caso español nos enfrentamos además a una dinastía que ha sido expulsada tres veces del país y otras tres veces repuesta. Desde Juana I de Castilla, no hemos vuelto a tener una familia reinante autóctona. Al latrocinio y saqueo de los Austrias se sumó luego la corrupción, la vileza y la cobardía de los Borbones. Salvo alguna excepción, no se salva ninguno de sus miembros. Me gustaría que este país fuera capaz de unirse por una sola vez para traer un República para todos y de todos. Porque no solo hay ahora mismo republicanos en la izquierda. Los hay y numerosos en la Derecha. Y la ciudadanía es de todos. Sería por tanto deseable que ese régimen no fuera patrimonio de ningún grupo o tendencia política y que naciera fruto de un gran consenso nacional. Y sería deseable repito, que Castilla estuviera presente. Si sucede lo contrario, si Castilla resulta de nuevo excluida y negada, yo no me sentiré parte de esa ni de ninguna otra República. Si desde cualquier nuevo régimen se nos vuelve a negar a los castellanos como pueblo unido, seremos muchos los castellanos que nos situaremos no solo fuera de él, sino frente a él.
Por encima de todo, Castilla.