Reivindicación de la Identidad Castellana de Madrid

Archivo para febrero, 2015

Me vais a perdonar…

bandera_castilla_onMe vais a perdonar por ser un marciano. Veréis, yo tengo claro quien soy, de donde soy y quienes fueron mis antepasados. Se como se llama mi patria, la tierra en la que he nacido. Incluso se y no olvido en que barrio de Madrid me he criado. Yo tengo memoria. Tengo raíces. Y lo más importante, tengo identidad.

Culturalmente me gustan muchas cosas de fuera. Voy a conciertos de Rock de vez en cuando. Y ocasionalmente al cine, si la ocasión lo merece (cada vez menos). Pero eso, no me convierte en un cosmopolita, en un ciudadano del mundo y en definitiva en un gilipollas. Pero si la mayoría quiere serlo, lo respeto. Pero a mí que me dejen en paz. Respeto a las demás culturas del mundo y deseo fervientemente que no se pierda ninguna, empezando por la mía.

¿A que viene todo esto?. Pues a que a veces te quemas. Un día te suena el móvil en el trabajo y ya hay cachondeito por llevar dulzainas de tono de llamada, en vez de a Pharrel Williams (joder con el puto Happy). Otro día alguien te pregunta porqué eres tan pesado con lo de Castilla (llevar una camiseta de Castilla para algunos es ser pesado). Y otro, un conocido te dice que a él le mola también el morado por «Podemos» (manda huevos, años reivindicando el rojo carmesí y ahora tendremos que defender el morado para que no se lo apropie el «mesías»).

Bueno, entre este tipo de ganado hay que moverse a diario. Lo cómodo sería dejarse llevar por la corriente de turno y ser uno más de ellos. Pero yo no puedo. Yo miro el cielo y veo el cielo de Castilla. Miro el Sol y siento el calor del Sol de Castilla. Escucho una Entradilla Castellana y me emociono como un idiota. Y cuando salgo de este gallinero que es Madrid y subo o bajo a otras provincias y veo los campos y pueblos castellanos abandonados, me lleno de rabia y de pena. Pero a pesar de todo, me gusta el olor de la piedra vieja que labraron mis antepasados. A ellos me siento vinculado más que a otras cosas. Ya se que otros prefieren vincularse a su coche, a su tv de 60 pulgadas, a la última excrecencia de Hollywood o a la última gilipollez de Belén Esteban. Pero yo soy distinto. Soy marciano porque soy castellano. Y eso me convierte en definitiva, en un tipo peligroso por varias razones. Si soy marciano es que me protege Marte, dios de la guerra. Si se quien soy, no me influirá lo que otros me digan en relación a lo que debo ser y sentirme. Y lo más importante, no pertenezco a toda esa manada sin raíces y sin identidad, que crecen como gallinas sin cabeza en este país y que van camino de convertirse en siervos sumisos de la Globalización. Porque por si alguien no lo recuerda, carecer de identidad es el rasgo esencial de todo esclavo.